Iñaki Zaragüeta
¿Cuál es el botín de Fabra?
Prudente, reflexivo, control de los tiempos y firme, muy firme. Éstas son las principales características que me trasmitieron algunas personas, de credibilidad, respecto a la personalidad de Alberto Fabra cuando accedió a la Presidencia de la Generalitat. Coincidieron, como si de un «who is who» (quién es quién) se tratara. Desde esa credibilidad, intento analizar la actuación del Molt Honorable durante estos casi dos años de mandato.
No termino de encontrarle la entraña al animal político que se desprende de su andadura, admitiendo la mar brava en la que le ha tocado navegar, ni de encajar ese carácter con lo que a simple vista reflejan algunos de sus comportamientos. En este tiempo ya se han producido suficientes acontecimientos como para reflexionar sobre ellos y sus resultados. Son más, pero referiré algunos.
Por ejemplo, ¿qué le movió al enfrentamiento con Rita Barberá y Alfonso Rus en su empeño por designar a Serafín Castellano como secretario general del partido, cuando ambos le habían pedido que a quien quisiera menos a él?. Después, hemos comprobado la solidez orgánica de aquellos dos en Valencia y provincia. ¿Cuál es el botín orgánico de Fabra?.
Otrosí, como dicen los oficios, en su acertada decisión por la «tolerancia cero» ¿qué le hizo colocar la raya en la imputación para después moverla? ¿por qué la personación de la Generalitat en el «caso Cooperación» para desembocar en un callejón de difícil comprensión? ¿cuánto ha ganado su imagen ante la sociedad?
Asuntos como la «revolución» en el Valencia C.F. y la Fundación, que han dejado las cosas con la Generalitat más comprometida en el devenir del club, manteniendo el aval de los 81 millones, con cinco millones menos en caja y en «agua de borrajas» aquello de la solución financiera, jurídica y deportiva. ¿Tienen mejor posición la entidad y la Generalitat?.
Por no extenderme y en referencia a lo más reciente, ¿es consciente del juicio que han merecido las decisiones del último Consell dentro y fuera del partido? Las destituciones de los delegados del Consell y, a la vez, la creación de una nueva Secretaría Autonómica en Presidencia, cuyas peculiaridades levantan suspicacias y que la mayoría imputa a una competencia ¿o se dice competitividad? interna entre personas más que a la necesidad; o la contratación de un «coaching» para fortalecer el liderazgo y anularla en cuanto se publicó en prensa.
En fin, la pregunta que querría responder ¿cómo engarzo todo esto con la reflexión, la prudencia, el control de los tiempos y la firmeza? ¿debemos prever con inmediatez algún gesto de especial relevancia que lo explique?
A su favor juega el tiempo. Da la impresión de que la permanencia, con victoria o sin ella, le consolidará en el cargo y en el poder. Hoy por hoy, la derecha no puede permitirse el lujo de cambiar la cara de su cartel, menos aún cuando éste no presenta mancilla. Así es la vida.
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