Ely del Valle

Currículum en blanco

La Razón
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Las encuestas refrendan lo que ya adelantábamos hace diez días: el electorado del PP empieza a cansarse de que los logros macroeconómicos no terminen de aterrizar en esas calles que pisamos los que no cotizamos en el Ibex; de que día sí y día también se ponga en entredicho la supervivencia de unas pensiones que ya sabemos que dependen de un moribundo Pacto de Toledo, pero para las que no se escucha ninguna propuesta desde el Ejecutivo; de que la presión impositiva sobre la clase media siga siendo asfixiante y los salarios se mantengan a niveles de plena crisis; de que se continúen obviando las políticas sociales de fomento de la natalidad y que existen desde hace décadas en el resto de los países europeos.

Rajoy y su equipo se han instalado en un continuismo en el que falta entusiasmo; en un seguir dándole vueltas a la manivela sin sorpresas y con un nulo nivel de pasión en el que todo es ambiguo, plano y más de lo mismo. Por eso, Cs le está comiendo la tostada. Se dice de los de Rivera que todavía no han demostrado nada, que no tienen experiencia de gobierno, que cambian de política dependiendo del lugar y las circunstancias, y que cuando llegue el momento habrá que ver si cumplen. Es cierto, pero en esa misma situación estuvo en su día el PSOE de González y arrasó. Y es que en política hay tiempos en los que la veteranía es un grado, y otros en los que se valora mucho más un currículum en blanco y un proyecto nuevo, fresco e ilusionante; así que aunque me repita, acabo como hace diez días: o Rajoy empieza a asumir su cuota de responsabilidad en la caída a plomo de su partido o el PP puede estar, como los músicos del «Titanic», tocando su propia marcha fúnebre.