Julián Redondo

Dan la cara

La Razón
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Apenas empezada la campaña electoral en el Barça, algunos precandidatos a la presidencia, conscientes de las dificultades de ganar la carrera hasta el Camp Nou, han utilizado el nombre de Sergio Ramos en vano. Un intermediario próximo al entorno del jugador lo ha ofrecido, sugiere Jordi Majó; no dice quién, y asegura que no es el hermano. Precisamente René, a la vista del cariz que adquirían los acontecimientos, ha zanjado la cuestión: «Ramos no jugará en el Barcelona».

Una baza menos para soldados sin munición. Lo peor es que gente sin escrúpulos ha encenagado el nombre del futbolista, que cae bien o mal según los intereses, las fuentes de financiación y de información y la trinchera. Lo único cierto es que continúa sin renovar con el Real Madrid. Quedan dos años para acercar posturas o para alejarlas todavía más de lo que están. Hay plazos. El de Quereda al frente de la Selección femenina se ha agotado: o él o las jugadoras. Es el ultimátum de las internacionales, que exigen cambios para que España avance. El seleccionador, sus ayudantes y la Federación aparecen en el comunicado de las futbolistas, que piensan que con una mejor preparación del Mundial podían haber cruzado el puente de la primera fase. Es probable. Se han sentido desamparadas y lo dicen. Dan la cara y señalan a los culpables sin escurrir el bulto ni

eludir sus responsabilidades. Tampoco la CONMEBOL se ha ocultado al sancionar a Neymar con cuatro partidos de suspensión. Fin de la Copa América para el astro brasileño. Quizá el castigo se quede corto si es verdad que cogió al árbitro por el cuello en el túnel de vestuarios. Le bajarán los humos, o eso pretenden y quizás aprenda; pero serán muchos los que critiquen la decisión de unos jueces que forman parte del núcleo más corrompido de la FIFA.