Irene Villa

De locos

Los terroristas y los que les apoyan siguen dispuestos a ganar la batalla a nuestro Estado de Derecho. Y parece que en ciertos aspectos lo consiguen. Que cuando por fin se consigue que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos avale la ilegalización de ANV porque considere que es un partido que representa «un gran peligro para la democracia española», haya quien se atreva a sugerir que eso es algo del pasado y que no debe interferir en «el juego político presente y futuro», es francamente osado. Los asesinos han conseguido con sus diferentes marcas políticas una doble victoria: volver a financiarse y ver a España impotente ante quienes sólo merecen ser derrotados por el profundo dolor causado. La imagen que probablemente muchos no podremos borrar del etarra celebrando su libertad con una pancarta de Bildu es la imagen de la ETA vencedora que jamás abandonará su maquiavélica ruta. Al tiempo que los asesinos se enorgullecían por tener voz y voto en un Gobierno al que odian, las víctimas volvían a ver su memoria y su dignidad mancilladas. Como en su cita a favor de los presos asesinos de ETA a quienes apoyan hasta personas de gran relevancia social, política, cultural... que dicen: «Estamos aquí como siempre defendiendo a los presos vascos», cuando ninguno de ellos se acordó de apoyar a todas esas familias que fueron expatriadas del País Vasco por no sucumbir a la tiranía terrorista, y mucho menos de todas esas personas que nunca volverán porque esos que dicen ser torturados acabaron con sus vidas. ¿No es de locos?