Lucas Haurie
Desastre en campo ajeno
En plan «Avon llama a su puerta», pero por lo posmoderno. Unos gurúes que hacen pagar a precio de oro sus consejos de sacamuelas entienden que las campañas electorales ya no se deciden votante a votante, sino tuit a tuit, ocurrencia a ocurrencia y eslogan amable a eslogan amable, haya lo que haya detrás. Pedro Sánchez, novísimo secretario general del PSOE, lo tendría pues todo para arrollar en las elecciones: telegenia, buenas intenciones, poco pasado y rapidez de reflejos.
«Si jugamos a Podemos, ganará Podemos». Nicolás Redondo Terreros es una de las cabezas mejor amuebladas del PSOE y su eyección fue el primer síntoma de la podredumbre que ha desintegrado a su partido. Haría bien Pedro Sánchez en escuchar sus advertencias en lugar de entrar al trapo populista que le ha tendido su tocayo Arriola. Las tertulias vocingleras que han hecho famoso a Pablo Iglesias son la adaptación del formato «Sálvame» a otras temáticas. Ahí no tiene nada que ganar un aspirante a la presidencia del Gobierno porque las opciones extravagantes, por mucho que la política se haya degradado, tienen un techo. En lugar de competir con Rajoy en propuestas para crear empleo o paliar las desigualdades, el líder del primer partido de la oposición se intenta mimetizar con antisistemas encantados de serlo, demagogos de quinta fila que juegan a la revolución. Tantos cabezas de huevo pendientes de las redes sociales, ese vertedero, y ninguno le advierte que le está poniendo en bandeja otra mayoría absoluta al PP.
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