Despoblamiento rural

En los programas que han presentado los principales grupos políticos para las próximas elecciones se comprueba la escasa, por no decir nula, importancia que otorgan a dos de los principales problemas que tiene planteados el medio rural español: despoblación y envejecimiento. Es lamentable que los habitantes del medio rural, y por lo tanto los votos, son una ínfima parte del total y mucho menos que los del medio urbano. Sin embargo, el medio rural supone la mayoría del territorio y, aunque este no vote, es necesario gestionarlo. El problema es muy acusado en España aunque también se registra en muchas zonas de la UE. Por fin, el Comité de las Regiones se ha hecho eco del mismo. La semana pasada aprobó un dictamen, del que ha sido ponente un español, Juan Vicente Herrera, el presidente de la Junta de Castilla y León, que es una de las áreas más envejecidas y más despobladas del conjunto de la UE.

La conclusión más importante que se puede extraer del mismo es que todas las políticas europeas deberían dar prioridad «a la creación de oportunidades para atraer y retener a los jóvenes en todas las regiones y fomentar un crecimiento equilibrado entre las zonas densamente pobladas y las que pierden población, centrándose en promocionar servicios públicos de alta calidad a todos los ciudadanos», manifestó Herrera. El texto, que ha contado con el respaldo de ocho comunidades españolas, destaca que es necesaria una estrategia europea para hacer frente a las crecientes diferencias entre regiones en lo que a población se refiere. También se constata que la actual respuesta de la UE a los desafíos demográficos es parcial, porque se centra casi exclusivamente en el envejecimiento sin prestar suficiente atención a la pérdida de población que se produce por motivos como los socioeconómicos. Debe aplicarse una estrategia que implique a todas las políticas: cohesión, innovación, transporte, salud, social y de empleo, desarrollo rural y la PAC. Entre las medidas propuestas para frenar la despoblación figuran la mejora de los servicios, las actuaciones para retener a los jóvenes, el impulso de políticas favorables a la familia para aumentar la tasa de natalidad o favorecer la vida autónoma de los mayores. Los que gobiernen en España ya saben lo que tienen que hacer.