José María Marco
Doce de octubre
Lo que se celebra el domingo 12 de octubre en la Plaza de Cataluña, en Barcelona, no es un acto antinacionalista ni pronacionalista. En realidad, no tiene nada que ver con el nacionalismo, aunque sea el nacionalismo el que haya acabado provocándolo. Sí que tiene que ver, en cambio, con un sentimiento que llamamos patriotismo y con una virtud cívica, que antes se llamaba igual.
El primero, el sentimiento, es algo natural y nos impulsa a querer lo que consideramos nuestro. Sólo un enorme esfuerzo –que se ha venido haciendo durante años en nuestro país- nos puede llevar a sentir animadversión por aquello que somos. En el caso de este 12 de octubre, lo que se celebra es España, incluido todo lo relacionado con Cataluña, que es tan español como lo andaluz, lo madrileño o lo murciano. De hecho, eso es lo que se verá en la concentración de Barcelona.
En cuanto a lo segundo –es decir, la virtud cívica– es el patriotismo lo que nos mueve a entender nuestro país como una realidad concreta, actual, no como una patria soñada. Como todo lo que es real, y no del orden de lo utópico, nuestro país presenta dimensiones que nos gustan más y otras que nos gustan menos. Todas son españolas, sin embargo, y aunque a veces nos esforcemos, civilizadamente y con cierta circunspección, por cambiar las segundas, no por eso estamos autorizados a negarles su identidad, que es la nuestra. Por eso el patriotismo nos enseña a no considerar del todo ajeno aquello con lo que no nos identificamos del todo. Y por eso nos lleva a considerar como conciudadanos a quienes no siempre piensan como nosotros, incluso aquellos que no se identifican con el marco nacional en el que todos nos movemos, como ocurre con los nacionalistas catalanes. Es un hecho. Todos somos españoles.
Por eso, y en contra de lo que tantas veces se ha dicho, el patriotismo funda el pluralismo. La tolerancia no se aprende descartando aquello que es diferente, sino aceptándolo. A eso es a lo que nos invita la comunidad política nacional. Eso mismo, el pluralismo, la diversa realidad española, es lo que se celebra pasado mañana de forma festiva en toda España, en particular en Barcelona. Por eso, los que quieren seguir formando parte de esa realidad abierta e integradora que es la España democrática y liberal, y los que quieren mostrar lo que es el civismo y enseñárselo a sus hijos, están invitados a venir a la Plaza de Cataluña.
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