Política

César Vidal

Donde no hay...

Donde no hay...
Donde no hay...larazon

Conozco a Elena Valenciano desde hace tiempo. Incluso he tenido el privilegio de entrevistarla largo y tendido en alguna ocasión y, sin duda, es de lo mejor que existe en los cuadros del PSOE, pero... Pero de dónde no hay no se puede sacar. Elena Valenciano es un ejemplo indiscutible del desmortamiento de la izquierda española. Sin estudios universitarios, sin haber trabajado jamás en algo parecido a lo que millones de españoles hacen para mantenerse a ellos y a sus familias y empachada de clichés de la rancia progresía hispana su capacidad de convocatoria tenía que verse limitada a los fieles incondicionales. Para los que han optado por la izquierda montaraz, Elena Valenciano resultaba demasiado «apparachik» y han preferido votar a listas de verdaderos antisistemas. Por otro lado, para los que creen en una izquierda seria, resultaba demasiado demagógica. Al final, a pesar del desgaste de dos años de Rajoy acompañados por recortes sociales discutibles y subidas de impuestos continuas, el PSOE no ha logrado capitalizar nada y ha perdido siete escaños. Se diría que ZP rige todavía sus destinos. No es problema escaso sino que se trata de un drama considerable, el que el PSOE adolezca de demasiada poca sustancia como para aspirar a entusiasmar al electorado y ganar unas elecciones y gobernar con éxito e igualmente de demasiada palabrería facilona y resabios zapateriles como para no asustar a la gente con un mínimo de sensatez. Lo más triste es que ni el PSOE ni Elena Valenciano querrán aprender la lección. En el caso del PSOE, porque falta consistencia doctrinal y ética como para llevar a cabo la renovación que necesita una izquierda en crisis profunda y en la de Elena Valenciano, porque dudo mucho que se vaya a poner a leer ahora los libros que no ha visto ni por el forro en cuarenta años y más cuando tiene garantizada una mollar poltrona para dos bienios. De dónde no hay es muy difícil que se puede sacar, pero resulta imperativo en una izquierda aquejada desde hace décadas de una horripilante microcefalia.