Julián García Candau
Dos en capilla
José Mourinho, según los «mourinhólogos», tiene la no tan secreta intención de abandonar el Madrid y regresar al Chelsea a pesar de que le han dicho no al puesto de capitán general. La gran ilusión del entrenador es marcharse tras ganar la Liga de Campeones. Con ella quiere establecer el fastuoso récord de haberla ganado por donde ha pasado, aunque lo haya hecho como el caballo de Atila. Parece que también quiere marcharse dejando la sensación de haber sido protector de la cantera. Otra intención no puede colegirse del hecho de que haya decidido alinear a jugadores de la segunda plantilla. Casemiro no es producto propio de «La Fábrica», pero para el caso es lo mismo. Volvió a recurrir a Nacho, a quien alinea en derecha o izquierda según acontecimientos.
Le ha debido molestar tanto comentario ponderando la cantera barcelonista. Mourinho ha dado oportunidades, mínimas, pero que los estadísticos cuentan, para dejar constancia de que no es sólo partidario de las grandes estrellas. Contra el Betis, Mourinho pensó en el partido con el Borussia de Dortmund. Ello le facilitó alinear a jugadores suplentes, como Albiol, Carvalho y Callejón, aunque sigue sin dar minutos a Casillas, el más ilustre de los canteranos.
Las rotaciones barcelonistas son más habituales y en esta ocasión justificadas. Mourinho no prescindió de Cristiano y Özil. Éste, dicho en lenguaje popular, está que se sale. Vilanova no tuvo que excusarse por no contar con Messi. Acaba de salir de la UVI. Ganaron los dos. La cabeza de la Liga no cambia. Como en Alemania.
Posdata. Mourinho tiene turiferarios para insultar a Casillas.
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