Iñaki Zaragüeta

El caso Imelsa y los políticos

La Razón
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El exsuegro de Marcos Benavent, Mariano López, no quiere perder la notoriedad y se exhibe tomando café con el presidente provincial del PP de Valencia, Vicente Betoret. Y aunque no se exhibe de la misma forma, no es el único contacto que mantiene con el poder político. Mi amigo Rogelio lo ha visto despachando con el mismísimo hombre de confianza de Ximo Puig, en las dependencias de la Diputación de Valencia, José Manuel Orengo, a quien el presidente de la Generalitat no se ha atrevido, según la misma fuente, a llevárselo al Palau, como ambos quisieran, por el nubarrón que sobre él pende conocido como el caso Imelsa.

Si tal como desveló el jueves el diario Las Provincias, el ya famoso exsuegro hablaba tan sólo sobre «cotilleos internos del PP», es de suponer que la versión oficial de sus encuentros con el socialista Orengo será también para «comentar chascarrillos del PSPV», aunque mi amigo sospecha si no será «el colaborador de la Fiscalía», como a él le gusta llamarse, no se presentará ante los dirigentes políticos como el posible espía para conocer los entresijos que se cuecen en los pasillos y despachos judiciales. That is the question.

Lo cierto es que en los círculos valencianos, especialmente en los políticos, ya es un clamor si todas estas andanzas del peculiar personaje podrían tener efectos en el ritmo que el juez pueda imprimir a la instrucción del asunto. En el PSPV y el PP están en un ay, locos por conocer con anterioridad la que se avecina.

Mientras, el magistrado sigue con sus pesquisas lo más alejado posible de todo este vaivén. Así es la vida.