Restringido

El corralito catalán

La Razón
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Dice el portugués Miguel Torga en el prólogo de sus «Cuentos de la montaña» que «universal es lo local sin paredes». O sea que cuando un pueblo, una región o un país se encierran en sí mismos, se rodean de muros y se aíslan del resto del mundo, pierden cualquier proyección universal y se transforman en un simple corralito. Éste es el riesgo que acecha a la actual Cataluña ensimismada, que parece dispuesta a renunciar a su tradicional vocación de universalidad. Es el peligro cierto que corren los catalanes por dejarse conducir por fanáticos nacionalistas o provincianos que no atienden a razones. La propia imagen de cientos de miles de entusiastas y confiados ciudadanos, convocados por estos iluminados, llenando el 11 de septiembre la Meridiana de Barcelona se parece mucho, contemplándola desde fuera y desde arriba, a un inmenso y voluntario corralito poblado de banderas. No es porque no se lo adviertan desde todos los observatorios nacionales e internacionales. Ayer mismo se lo decían con claridad desde Bruselas: una Cataluña independiente saldría de la UE automáticamente. Tendría que ponerse a la cola para el posible reingreso, ha afirmado sin rodeos Cameron. Obama y Merkel han salido a apoyar públicamente a una España fuerte y unida. Francia piensa lo mismo. Los avisos solemnes continuarán. En esto la diplomacia española le ha ganado claramente la partida a la maquinaria propagandística de la Generalidad de Cataluña. Lo más relevante que ha conseguido ésta hasta ahora ha sido el apoyo del actor Willy Toledo y la multitudinaria rueda de prensa en varios idiomas con la prensa extranjera la mañana de la Diada, toda una exhibición que quedó en hojarasca. Lo del corralito es algo más que una metáfora. Según el minucioso informe jurídico de la Fundación Alternativas, conocido también ayer, una Cataluña independiente quedaría fuera no sólo de la Unión Europea, con imposibilidad práctica de reincorporarse, y del espacio Schengen, sino de la ONU, la OTAN, el FMI, el G-20, etcétera. No podría recibir financiación del Banco Central Europeo ni del Banco Europeo de Inversiones. Se le cierran, pues, todos los caminos. ¡Ahí te quedas, con tu pan te lo comas!, le dirían. La Generalidad advirtió hace dos años, en un informe oficial que ha escondido cuidadosamente en el cajón y que Garcia Albiol ha sacado ahora a relucir, que existia riesgo de corralito. Si yo fuera pensionista en Cataluña, o pequeño ahorrador, estaría preocupado. En las grandes crisis son los más indefensos. Ellos no tienen dinero fuera. Tendrían que ponerse a la cola en el corralito.