Lucas Haurie
El criterio del juez
El adagio popular, para definir a un zote, «tiene menos luces que la feria de Burguillos» adquirió pleno sentido tras el paso por las Alcaldía de allí de José Juan López, caballo de Atila de las finanzas municipales e incurso en varios procesos por presunta corrupción. No hay dinero para bombillas, ni siquiera para celebrar una feria, en Burguillos, villorrio del extrarradio sevillano que anteayer ambicionaba un aeropuerto propio y hoy anhela mil euros para la nómina del barrendero como Carpanta soñaba con un pollo asado. Se acabó el dinero, entre otras cosas, porque según el PP fue a parar al bolsillo del marido de la consejera Aguayo, quien no niega los pagos a su cónyuge. Eso sí, dice que su conmilitón le metió 40.000 pavos en casa por derecho y no por la cara. Muy aleccionador. Tienen los populares información de primera mano porque por aquel Ayuntamiento zascandileaba entonces Del Nido, amigo del presidente regional del partido ducho (según la Instrucción del «caso Fergocon») en cobrarle al erario por trabajos no realizados. ¿Qué diferencia encuentra el señor Zoido entre lo que pasó en Burguillos y lo ocurrido en Marbella? Incluso, ¿qué diferencia encuentra el señor Zoido entre el papel de los diversos actores de la trama burguillera para reclamar la dimisión de la esposa de uno mientras se abraza públicamente con el otro? Al contrario que la tos, la ética no va por ataques: se tiene o no se tiene, con independencia de simpatías o concomitancias ideológicas. Mal juez, señor magistrado en excedencia, es quien aplica distinto rasero para dos casos idénticos.
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