El CSI de Paco

Aquí pasamos de Los hombres de Paco al CSI con una pasmosa facilidad. Leyendo el auto del juez que instruye el caso de la niña Asunta uno no sabe si está más cerca de un guión de Almodóvar o de Tarantino, y no es precisamente una alabanza.

A primera vista, parece grave que el magistrado reconozca que se produjo una contaminación en el laboratorio de ADN del departamento de Criminalística de la Guardia Civil, porque al parecer alguien utilizó las mismas tijeras para seleccionar dos trozos de prenda del caso Asunta en los que se halló semen, que para seleccionar un preservativo utilizado por el imputado y que andaba por allí por otra investigación.

Lo que dicho así, suena fatal e induce a pensar no sólo en errores. Pero en el mismo informe el juez instructor del caso, José Antonio Vázquez Taín, argumenta que el Laboratorio donde sucedió todo esto- llámelo error, dejadez o barbaridad- , es ejemplar y cuenta con un recono-

cimiento merecido. Pues no es lo que parece. Y lo justifica diciendo que uno de los recortes de prenda contiene ADN de un guardia civil y que «no correspondería con la lógica imputar al agente el fallecimiento de Asunta». No sé si esto lo dice el juez que se encarga de instruir el caso para tranquilizar pero, la verdad, tranquiliza poco.

Eso sí , califica de palmaria injusticia la imputación de este hombre. A buenas horas, sobre todo si durante meses se ha visto públicamente envuelto en el asesinato de una niña. Habría que cuidar estas cosas.

Todavía tenemos recientes declaraciones de una forense sobre unos huesos que se fueron de copas. Convendría hacer las cosas bien y que parezca que se hacen bien.