Toni Bolaño
El día de la alcachofa
La temporada de la alcachofa está llegando a su fin y en El Prat de Llobregat lo celebran cocinándola de infinitas maneras. Esta actividad culinaria es la forma de los pratenses para rendir tributo a esta verdura de la que son los principales productores de Cataluña Es como el día de la marmota pero en versión catalana. Acaba la alcachofa, empieza la primavera. Cada año se repite. Siempre es igual. Como nuestra política, que lleva desde el 25 de noviembre viviendo su propio día de la marmota. Perdón, su propio día de la alcachofa.
El president Mas se rasgó las vestiduras en público. Denunció el ataque a los símbolos para dinamitar el proceso de transición a la independencia y criticó a la oposición por no apoyarle en los presupuestos. El máximo responsable de CDC no reparó en dos cosas. Cataluña no es CDC y que la ley es igual para todos. Tampoco reparó en que la situación actual es consecuencia de su negligencia. Para concluir, Oriol Pujol recibió una fuerte ovación en el Consell Nacional. Todavía me pregunto por qué. Los jueces nos lo desvelarán.
Unió también tuvo su propio akelarre. Los de Duran se limitaron a pedir al PSC que se tome en serio lo de entrar en el gobierno. Y los socialistas contestaron. Cuenten con nosotros si cortan con el soberanismo y si cortan con los recortes, valga la redundancia. Antonio Balmón, alcalde de Cornellà y número 2 del PSC, recordó a Mas que el lío es suyo. Que apostó por los republicanos después del 25-M y antes de las elecciones eligió pareja con los populares. No parece que a los socialistas les guste ser plato de segunda mesa.
Los de ICV fueron a lo suyo. Los militantes refrendaron la bicefalia Herrera-Camats. Sólo acudió a las urnas un tercio de la militancia. Parece que la mayoría de los ecosocialistas prefirió acompañar a su compañero y eterno alcalde de El Prat, Lluís Tejedor, en su homenaje a la alcachofa. Cataluña sigue viviendo una encrucijada sin salida pero ayer nada se movió. La política vive su día de la mamota –perdón otra vez, de la alcachofa– mientras se agranda el precipicio bajo nuestros pies sin presupuestos y con amenazas de nuevos desastres. No todos tienen la misma culpa. La máxima responsabilidad es del gobierno, de la coalición que lo dirige y el presidente que lo preside.
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