Toni Bolaño
El Día de la Marmota
Los agricultores norteamericanos confían en la marmota para saber cuándo acabará el invierno. Si la marmota sale de su madriguera y ve su sombra volverá a su refugio y el invierno durará seis semanas más. La historia se repite cada día hasta que la marmota deja de ver su sombra. La marmota catalana no la ve desde hace tres años y Artur Mas se ha convertido en el protagonista del particular Día de la Marmota catalán. El último episodio tuvo como escenario el Parlament de Cataluña. Lleva meses Mas pidiendo árnica a Oriol Junqueras para que ERC entre en el Gobierno e insufle algo de vida a un Ejecutivo tedioso, ineficaz y aletargado. Incluso desde CDC se planteó en las últimas europeas una lista conjunta. No hubo suerte. El líder republicano siempre se había hecho el estrecho. Prefería ver cómo CiU se cocía en la olla de la gestión diaria del Gobierno mientras ERC se presentaba como adalid de la independencia. Pues bien, ayer cuando Junqueras le dio el sí a Mas, el presidente de CiU le dio largas. De entrar en el Gobierno, ya hablaremos, respondió el líder nacionalista. Es más, el presidente catalán le espetó a Junqueras que existen otras fórmulas para dar apoyo al Gobierno. Al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, le faltó tiempo para postularse como alternativa para dar apoyo al ejecutivo. Iceta no quiere salvar a Mas, quiere salvar a Cataluña y buscar una salida al repetitivo Día de la Marmota.
Éste es el enésimo capítulo de las divergencias en el mundo nacionalista. Entre ERC y Unió son guerra abierta. Entre ERC, desconfianza y poco disimulada inquina. En este escenario, ERC ha redoblado la presión y lanza su órdago. Entrar en el gobierno para garantizar la consulta. De entrar en el gobierno para gobernar, Junqueras ni habla. Si en la Diada Carme Forcadell se presentó como una líder mesiánica, ERC quiere ser el vehículo imparable que llevará «a la mayoría –supuesta– del pueblo de Cataluña» por el camino de la libertad disfrazada de independencia.
ERC quiere entrar en el Gobierno para que le digan que no. Quiere hacer la consulta sí o sí, aunque sea ilegal. Quiere teatralizar su «desobediencia civil» y seguir encaminado hacia la Declaración Unilateral de Independencia. Si la consulta no se hace que no sea por ERC dice el dirigente republicano. Si Mas convoca elecciones adelantadas, que no sea porque ERC no ha estado a la altura «del proceso». Si Mas fracasa es por culpa de su estrategia, por hacer oídos sordos a los republicanos. Ante esta situación, sería conveniente que el ministro Margallo, el jefe de la diplomacia, se abstuviera de echar gasolina al fuego. Con el tradicional Día de la Marmota, los catalanes ya tenemos bastante. Después del rifirrafe de ayer, hoy todo serán mensajes de unidad. La marmota seguirá en su madriguera hasta el siguiente acto. Llegará el viernes. Se aprobará una ley de consultas. Y volveremos al principio. El nacionalismo tratará de «colar» un referéndum de independencia como una consulta. ¡«Cosas veredes»!
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