Toni Bolaño
El Día de la Mona
Hoy en Cataluña se celebra el Día de la Mona. Las familias se reúnen y los padrinos ejercen de padres por un día con sus ahijados. Es una jornada festiva. Lo será para la gran mayoría pero unos pocos marcarán la estrategia a seguir en los próximos días que resultará ser clave para gobernar una Cataluña que, hoy por hoy, se antoja ingobernable.
Mariano Rajoy ha tomado la iniciativa preparando un gran acto de apoyo a la economía catalana coincidiendo con uno de los salones más importantes que se celebran en Cataluña, el Salón Internacional del Automóvil. No es baladí esta iniciativa. El sector empresarial catalán es-tá incómodo. Algunos han hecho oír su voz en público. La gran mayoría ha mostrado su malestar en privado ante los planes soberanistas del presidente Mas. El mundo empresarial es el talón de Aquiles del proceso soberanista. Rajoy lo sabe. Mas también.
Muchos empresarios, con discreción, han dicho claramente al presidente que es un error el proceso en sí pero también la alianza con los republicanos. El listado de impuestos que iba a poner en marcha el nuevo gobierno, bajo exigencia de ERC, fue el detonante que disparó todas las alarmas en el empresariado catalán. Joaquín Gay de Montellà, el presidente de la todopoderosa Fomento del Trabajo, fue el primero en hacer oír su voz. Apoyando en público el diálogo entre gobiernos. Dijo alto y claro que aventuras, las justas.
A su voz se unieron otros, ya fuera en público o privado, como Isidre Fainé –La Caixa–, Josep Oliu –Sabadell–, José Manuel Lara –Planeta–, Josep Piqué –Vueling y presidente del influyente Círculo de Economía– o Juan Rosell, presidente de la CEOE. Sólo unas pocas voces se apuntaron claramente a la independencia. El Cercle Català de Negocis, un lobby sin incidencia en el tejido productivo, la subvencionada Pimec, o el Colectivo Wilson que hace pocos días explicaba en Barcelona las ventajas de una Cataluña independiente bajo la égida de Xavier Sala Martín, catedrático de la Universidad de Columbia. Dicen que sabe mucho de teoría pero en la práctica su gestión económica en el Barça de Laporta dejó más sombras que luces. Vamos, los números no cuadraban ni a martillazos. Rajoy ha movido pieza mientras el Partido Popular catalán contempla con frialdad los movimientos de Mas. El acercamiento con Rajoy, hasta ahora sólo formal, le ha permitido recuperar su protagonismo perdido. Duran ha salido a la palestra para gestionar la debilidad de CiU, ante la ausencia –obligada– de Oriol Pujol. Mas, por su parte, busca nuevos escenarios para no depender de una ERC empecinada en hacerle la vida imposible haciendo entrar en el juego a los hasta ahora «ninguneados» socialistas. Los necesita con urgencia para aprobar unos presupuestos todavía nonatos. Los recortes serán importantes aunque Rajoy se avenga –con el beneplácito de Bruselas– a flexibilizar el déficit. Pero serán recortes al fin y al cabo. Caerán como una losa sobre la endémica economía catalana y tendrán un fuerte rechazo social. Hoy es fiesta en Cataluña, mañana empieza la partida y Rajoy ha tomado la iniciativa.