El dilema

Tiene razón Piqué cuando dice que las ausencias de Messi y Suárez no justifican el empate con el Málaga. El presupuesto del Barça avala su afirmación. No obstante, con Leo en el campo todo es más sencillo: golear, centrar, pasar, inventar, romper barreras y crear. No tiene sustituto, no hay alguien parecido a él en ningún equipo del mundo. Otra cosa es que sea infalible, nadie lo es; pero indispensable, seguro que sí.

Comprobado que el Barcelona es menos fiable sin Messi, ¿cuál es el problema del Atlético? ¿Qué le ha ocurrido para perder tres de los cuatro últimos partidos de Liga? ¿Por qué ha caído en barrena y ha pasado de ser el equipo menos goleado del campeonato a un coladero? La primera explicación, que ha dejado de jugar al fútbol, que ataca mal y defiende peor, que se ha despistado. Ha encajado ocho goles en los últimos cuatro encuentros ligueros, seis a balón parado (tres de penalti), y en las tres derrotas se ha quedado a dos velas, incapaz de acertar una diana. Concede demasiadas ventajas y no aprovecha las pocas que obtiene: Griezmann ha fallado dos veces desde los once metros y Gabi, una.

El Atlético, ahora sexto, ocupa esa posición porque, en la inopia y distraído, da muchas facilidades; todo lo contrario que el Madrid, líder por convicción. En el Calderón le sonrió la suerte cuando al abrirse la barrera el balón rebotó, a saber si en Varane, y despistó a Oblak. El resto fueron aciertos, de Zidane y de Cristiano. El delantero estuvo inspirado e hizo lo que se espera de él; el entrenador acertó con la alineación y el planteamiento. Con el 1-4-2-3-1 desactivó las bandas rojiblancas, conquistó el centro del campo y dotó a su equipo del equilibrio necesario. Pleno, en cualquier caso. ¿Mantendrá el esquema? Ésa es la cuestión, el gran dilema; o sea, lo procedente o el «merchandising»; la solidaridad que fluye del equipo cuando está ensamblado, en Fuenteovejuna, o el individualismo manifiesto cuando la BBC emite en frecuencias diferentes con Bale y CR. «To be or not to be».