Cristina López Schlichting
El enchufe
¿Es mejor o peor quitar la selectividad? Sinceramente, creo que es malo. Las pruebas universales (como las antiguas reválidas) se han probado eficaces para garantizar los niveles académicos y la igualdad entre los alumnos. A partir de ahora, los centros menos exigentes podrán abrir la mano. Especialmente si eso les supone más pasta. La consecuencia primera es que habrá centros prestigiosos y otros para gente poco capaz o, simplemente, vaga. En Europa existen los dos modelos, el del examen universal –por ejemplo en Alemania–; y el anglosajón –el caso de Gran Bretaña–. En este último se combina la selección por examen con la selección por méritos, a través de entrevista. Pero en el sistema cultural inglés el enchufe está muy, pero que muy mal visto y desprestigia a las instituciones. ¿Alquien duda de que en España, eliminado el examen, el sobrino del rector, la prima del profesor y hasta el cuñado del bedel entrarán en la universidad simplemente por nepotismo? La nuestra es una sociedad con un fuerte sistema de clanes familiares. Da muy buen resultado para integrar enfermos o ancianos, para tejer redes solidarias en caso de crisis, para amparar emocionalmente. Pero tiene su punto flaco en los enchufes. Cada sistema debe tener en cuenta los vicios y virtudes de la sociedad en la que se aplica. La selectividad se había ganado un justísimo prestigio. ¿Por qué nos empeñamos en deshacer lo que funciona? A partir de ahora, para entrar en la carrera, nada mejor que chequear el círculo de amistades de los papás y buscar padrino. Lo de toda la vida, vamos.
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