Toni Bolaño

El enigma del paro

El paro sigue disparado y seguirá disparado. Los numerosos expedientes de regulación en trámite auguran que las cifras aumentarán. El sector servicios está siendo zarandeado violentamente por la crisis, las exportaciones –ciertamente un balón de oxígeno– se ralentizan porque nuestros vecinos también son víctimas de la recesión y el sector industrial está bajo mínimos. Baste un dato: desde 2007 ha perdido el 30% de su producción. Aquella máxima de que «la mejor política industrial es la que no existe» se ha revelado letal para la economía española. Por si fuera poco, la fiebre por controlar el déficit sin apostar por el crecimiento está dejando a su –mala– suerte a la investigación, y nuestros jóvenes miran allende las fronteras para encontrar un futuro que aquí no tienen, porque las empresas no contratan porque tienen los mercados acogotados por la caída del consumo.

En definitiva, tenemos más de cinco millones de parados. O, ¿son seis? El paro registrado y la EPA difieren sustancialmente. La polémica saltó cuando el presidente de la CEOE, Juan Rosell, lo puso sobre la mesa. Duro en sus formas, fue contestado con crudeza y desacreditado con saña. La polémica se despachó de un plumazo. Sin embargo, en el fondo, Rosell no está exento de razón.

Según los datos comparativos, la EPA se dispara siempre por encima del paro registrado cuando se atraviesa una crisis. Sin duda, no es una coincidencia. Es la constatación de que el baremo de la encuesta no se ajusta a la estadística. En épocas de bonanza, la EPA registra menos demandantes de empleo que parados. En crisis, por la misma percepción de crisis, es al revés. Registra menos demandantes de empleo que parados.

Los defensores de la encuesta dicen que se ajusta a los métodos internacionales. No lo discuto, pero los que se registran en el paro quieren encontrar empleo o necesitan percibir una prestación. Los que dicen estar parados en la encuesta sólo reconocen que han buscado empleo en algún momento. Llámenme mal pensado, pero queda fatal decir que no se busca empleo cuando caen chuzos de punta. Lo correcto es afirmar que se busca empleo. Sin más. Rosell no estaba tan errado. La metodología de la EPA no es infalible.