Francisco Marhuenda
El fenómeno de Podemos
Me sorprende que se descalifique el fenómeno Podemos como si fuera algo irrelevante o efímero. Estos días he escuchado comentarios que son más fruto del voluntarismo que de un conocimiento de sus líderes, Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, así como de su firme voluntad de configurar un movimiento que agrupe a la izquierda radical. No hay nada peor que menospreciar lo que ha sucedido sin ver la profundidad de un proceso que busca canalizar lo que representó el 15-M y lograr la hegemonía de la izquierda más allá del PSOE. He tenido oportunidad de debatir en numerosas ocasiones con Pablo Iglesias y no es sólo un fenómeno mediático. Es cierto que se maneja muy bien en los medios de comunicación y en las redes sociales. No hay duda de que es la clave de su éxito, junto a un mensaje efectista que apela a sentimientos primarios de una izquierda que estaba huérfana. El propio lenguaje que utiliza y sus propuestas van dirigidos a un sector muy concreto que no sólo son los jóvenes, como se vio con el 15-M. Les resulta mucho más atractivo que IU y Cayo Lara, que es un líder más del siglo XX que del XXI. Tanto Monedero como Iglesias son personas con buena formación académica, aunque no comparto lo que a mi juicio son planteamientos para países en vías de desarrollo. Una cosa son las europeas y otra, las generales. No imaginé que obtuvieran 5 eurodiputados y 1,2 millones de votos. Estaba convencido de que sólo sacarían dos. Esto muestra el gancho de Iglesias, que es capaz de conectar con esa izquierda que rechaza a IU y al PSOE. Otro error sería exagerar sus posibilidades porque tras este indudable éxito ahora tienen que estructurarse si no quieren ser un fenómeno efímero. El problema lo tiene IU porque Podemos puede hacerle daño. En cualquier caso, no hay que caer en las interpretaciones arriolísticas.
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