Toni Bolaño

El fin justifica los medios

El fin justifica los medios
El fin justifica los medioslarazon

Oriol Pujol renunció a su cargo y a la Presidencia del grupo por la imputación en el «caso de las ITV». Según reza en el auto del Tribunal Superior de Justicia «coordinó, dirigió y amparó la actividad delictiva en la trama». Sin duda, no es una acusación baladí. Ni mucho menos. Sin embargo, vistos y oídos los elogios y halagos que el día después ha recibido el que fuera secretario general de CDC, hoy en paro remunerado como diputado de a pie, parece que nos encontramos ante el antojo de unos jueces y fiscales que no tienen otra cosa que hacer que emponzoñar la figura del número 2 de CDC y, en consecuencia, «el proceso histórico más importante que está llevando a cabo este país en 300 años» como reza la propaganda oficial que incluye, lógicamente, que todos los catalanes son independentistas. El que no, botifler.

Algunos dirigentes nacionalistas no han dudado en afirmar que la decisión del Tribunal es injusta –Francesc Homs dixit– o la han enmarcado en la guerra sucia del estado –Jordi Turull, nuevo presidente de CiU en el Parlament, dixit–. Valga decir que «guerra sucia» es todo aquello que no favorece los intereses de los soberanistas como si el Estado hubiera incitado las conversaciones poco edificantes que hemos conocido en el caso de las ITV o promoviera las facturas que se confeccionaban y pagaban sin que mediara trabajo probado alguno, según reza en el auto. El día después todos los esfuerzos, con el inestimable apoyo de algunos medios de comunicación que deberían estar sonrojados, se destinaban a construir una sombra de duda razonable sobre la injusticia de la justicia. Otros, incluso, se pasaban de frenada en su afán de defender a su compañero de filas. El nuevo hombre fuerte de CDC, Josep Rull, se metió él solo en un jardín al afirmar que vería lógico que no estuviera en las listas, caso de convocarse unas nuevas elecciones. El desliz fue difuminado a lo largo del día como mandan los cánones del oficialismo.

Lo sorprendente fue la benevolencia que mostró el líder de ERC. Oriol Junqueras, que tenía como bandera la tolerancia cero contra la corrupción, la ha aparcado para enredarse en argumentos pseudojurídicos para proteger a su socio. O sea, que vale todo para defender el proceso soberanista. Hay que construir un nuevo Estado aunque sea con los cimientos de la corrupción. El fin justifica los medios.