César Lumbreras
El final de las cuotas
El sistema de las cuotas de producción tiene sus días contados. No es una novedad porque se sabe desde hace tiempo, pero, como dice el refrán, solo nos acordamos de Santa Barbará cuando truena, es decir, cuando se aproxima la fecha. El de leche y productos lácteos es uno de los dos sectores afectados y el que tiene el final de los topes de producción a la vuelta de la esquina, dentro de dos meses.
Preocupación en la UE
Hay preocupación entre los ganaderos y los industriales ante la posibilidad de que se dispare la producción y se hundan los precios, que ya son bajos. Esa preocupación no es exclusiva de España, sino que afecta al conjunto de la UE. Durante los últimos meses se ha hablado mucho de lo que puede pasar, se ha debatido el asunto en el Consejo de Ministros, se ha pedido a la Comisión Europea que preparase propuestas con medidas. Al final, nada de nada, y, los unos por los otros, la casa sin barrer. Vamos a llegar a la temida fecha en blanco.
El otro sector afectado por el final de las cuotas es el del azúcar, aunque en este caso no será hasta 2017. Los afectados, desde los cultivadores de remolacha, hasta las industrias, pasando por Castilla y León, donde este cultivo es clave, no quieren que suceda como en la leche y se han puesto manos a la obra para estudiar lo que se debe hacer.
La consejera Silvia Clemente lo tiene muy claro y lo dijo hace pocos días en el marco de unas jornadas, que forman parte de la iniciativa «Agrohorizonte 2020»: esta región debe ser capaz de producir los 1,3 millones de toneladas de azúcar que se consumen en nuestro país y para ello hay que ser más rentables, reduciendo los costes. El objetivo ya está claro. Ahora toca ponerse las pilas.
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