Francisco Marhuenda
El juez estrella fugaz
El Iltmo. Sr. Don José Castro está empeñado en imputar a Doña Cristina o Doña Cristina Federica, como escribe en su plúmbeo auto. La realidad es que se ha despachado con un corta y pega de 227 páginas que ayer mismo se convirtió en documento de trabajo para los alumnos de la Harvard Law School. Hace años que su decano busca una joven promesa del Derecho español para que asuma la cátedra «juez estrella» desde donde poder iluminar a los futuros grandes juristas estadounidenses. Nadie mejor que el Iltmo. Sr. Don José Castro, que está próximo a la jubilación, por el estrafalario mérito de intentar la imputación por segunda vez de Doña Cristina Federica sin que exista ningún fundamento. Lo hace con la opinión en contra de la Abogacía del Estado, la Agencia Tributaria y del fiscal Pedro Horrach, al que le da el tratamiento de ilustrísimo señor, mientras que con el resto se limita al Don o el Doña. Un magistrado tan purista podría haber utilizado para Doña Cristina Federica el trato de Su Alteza Real, tal como le corresponde de acuerdo a nuestro ordenamiento. Le hubiera quedado más estupendo, porque es un juez estupendo que ha conseguido una notoriedad que jamás soñó. Es el sucesor de Garzón como «juez estrella». El tema es un despropósito de grandes dimensiones que me resulta difícil tomar en serio, aunque es realmente muy grave. No lo es por su condición de Infanta, sino porque se le quiere aplicar la humillación de la imputación sin que existan motivos.
El Iltmo. Sr. Don José Castro puede aprovechar las rebajas para comprar un «traje de domingo» con el que recibir a la imputada Doña Cristina Federica. Es el primer consejo que le daría. Tiene que jubilar esa chaqueta espantosa, porque hasta el prevaricador ex juez Garzón tenía mejor gusto. Creo que el ministro Gallardón tiene que introducir una reforma legal para que un juez no pueda bajar tanto el listón. Es cierto que también sería recomendable que se introduzca una asignatura en la Escuela Judicial con supuestos absurdos, como este auto voluntarista e inconsistente. La consistencia de un auto no se puede sustentar en el número de páginas, sino en la solidez de la argumentación jurídica. No es el caso. El Iltmo. Sr. Don José Castro sabe que la Audiencia Provincial no le dará la razón y que Doña Cristina Federica no será imputada, porque no ha hecho nada incorrecto y su única culpa es ser Infanta de España. El problema es que no importa su inocencia, porque algunos quisieran que pasara por la humillación de acudir como imputada. Un auto con la posición en contra de la Fiscalía, la Abogacía del Estado y la Agencia Tributaria sólo se puede calificar de excéntrico e inconsistente, aunque es algo que no le importa a un juez estrella. Doña Cristina ha sido sometida al escarnio público, a los ataques injustos y a un daño irreparable. Castro quiere ser un juez estrella, pero es fugaz e injusto en su peculiar cruzada contra una mujer inocente.
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