Ely del Valle
El nudo de Gordias
Ya hay fecha para la investidura. Otra cosa es cómo acabe, porque aunque hay un creciente runrún sobre que el pacto PSOE-Podemos está prácticamente hecho, la nueva oferta de Iglesias –que no contraoferta, porque no hay ningún punto en el que dé marcha atrás a lo dicho el 22 de enero– choca frontalmente con las líneas rojas que los barones le ha trazado a su ansioso candidato.
Si Sánchez las traspasa amparándose en la consulta a esa militancia en la que Iglesias confía tanto como desconfía del aparato socialista, convertirá a su partido en pan para los patos. Si no lo hace, habrá unas nuevas elecciones de las que Podemos saldrá fortalecido y tras las cuales solo se le podría frenar con un pacto entre PP, PSOE y C’s. O sea, el mismo que populares y ciudadanos vienen pidiendo desde el 21-D y del que Sánchez huye como de la peste.
A estas alturas de la película, la gobernabilidad de este país se ha convertido en un nudo gordiano, y aunque quedan 15 días de calma tensa antes de tomar decisiones internas, cada vez son más los que creen que esto solo se soluciona con un relevo casi vital de quienes por desidia en el «in vigilando» en un caso y una ambición casi enfermiza en el otro, están convirtiendo a sus partidos en un sumidero de votos.
Si fuésemos a unas nuevas elecciones Sánchez se quedaría por el camino, pero su rival tampoco tendría muchas posibilidades porque ya hay voces dentro del PP, la de Oyarzabal por ejemplo, que apuestan por la celebración de un Congreso antes de junio del que Rajoy no saldría vivo. Y puede que tanto en un caso como en otro haya que pasar por ahí. Al fin y al cabo ya sabemos como solucionó Alejandro Magno el enigma del nudo de Gordias: cortándolo de un tajo con su espada.
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