Alfonso Ussía

El presidente Arriola

El Gobierno, presumiblemente presidido por Mariano Rajoy, ha decidido retirar la ley del aborto impulsada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Un estudio sociológico del auténtico Presidente del Gobierno, Pedro Arriola, concluye que la referida y prometida electoralmente reforma de la ley del aborto ha perjudicado al PP en las urnas.Es decir, que los valores y principios de los miembros del Gobierno de España están exclusivamente condicionados por los votos, que no por las conciencias. Oportuno es recordar que el nefasto Arriola –por favor ¿cuánto gana Arriola en el PP?– es el marido de la parlamentaria más crítica con el contenido de la Ley Gallardón, la inefable Celia Villalobos.

Meditaba Rajoy en su despacho cuando irrumpió su secretaria en el modesto recinto: -Don Mariano, el Presidente desea verlo inmediatamente-. Rajoy, algo turbado, se incorporó y recorrió el pasillo que separa su despacho de la zona presidencial.Una secretaria le preguntó con cierta aspereza:-¿Tiene cita con el señor Presidente, don Mariano?-; -No, pero acaba de reclamar mi presencia-. En ese momento, abrió Arriola la puerta de su despacho y le indicó a Rajoy que tenía concedido el permiso de acceso. -Anda, Mariano, pasa.

Sobre la mesa del despacho, un retrato de Celia Villalobos chapoteando en la orilla de una playa malagueña con un precioso biquini rosicler. En la estantería, abarrotada de estudios sociológicos –¿cuánto cobra Arriola en el PP?–, que no han servido para nada, otro retrato. Éste, de Rodríguez Zapatero, cariñosamente dedicado. Arriola está serio, concentrado, seguro de sí mismo, y al fin, habla. –Mariano, aunque Gallardón se quede con el culo al aire, tienes que ordenar, entre otras razones porque yo te lo ordeno, la inmediata retirada de la Ley del aborto. Hemos perdido votos por su culpa, y aquí lo importante son los votos, no los principios, los valores cristianos ni las promesas electorales. Recuerda lo que dijo Bibiana Aído cuando era ministra. Que un feto no es humano hasta que cumple veinte semanas de vida. Esa ley de Alberto nos ha perjudicado una barbaridad-. Rajoy, así de golpe, no entendía del todo la gravedad del asunto. –Don Pedro, me preocupan dos cosas. Con esta medida desautorizamos a nuestro ministro, y por otra parte, ya que me habla de votos, creo que también perderíamos muchos si incumplimos esta promesa electoral-. -Oye bien, Mariano. Ocúpate de tus cosas y déjame hacer mi trabajo sin presiones ni injerencias. Hemos conseguido, no sin esfuerzo, que este año la Vuelta a España finalice en Galicia. Firma la orden, te das un garbeo por tu tierra y cuando vuelvas el lunes, hemos retirado la ley. Anda, anda, Mariano, que tengo muchos asuntos pendientes de resolución-.

De vuelta a su despacho, Rajoy dibujaba con su mirada golpes de angustia en la alfombra del pasillo. Rajoy es un cristiano educado en la convicción de que asesinar seres humanos indefensos es un crimen. Que no permitir a una criatura viva que conozca la luz es un asesinato. Pero también pensaba que si don Pedro Arriola –¿vamos a saber algún día cuánto gana Arriola en el PP?– había decidido, por el bien del Partido Popular, retirar esa ley, sus motivos tendría. Los auténticos gobernantes toman decisiones que pueden ser malinterpretadas. Y recordó las últimas palabras de Arriola cuando abandonaba su despacho:-Mariano, con esa ley de Gallardón, en la Diada del año 2024 habrá muchos más niños que en la del pasado viernes-. Sabias palabras del gran sociólogo y dirigente nacional.

Eso, los principios, valores y la defensa de la vida del Partido Popular. Al fin y al cabo, todo es cuestión de votos.