Iñaki Zaragüeta

El PSC, hacia el secesionismo

Nada sería igual si el entonces secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, hubiera sido un hombre de Estado. Hubiera favorecido a CiU el acceso a la Presidencia de la Generalitat de Cataluña como partido vencedor de aquellas elecciones autonómicas del año 2003 y hubiera impedido a Pasqual Maragall coaligarse con Esquerra Republicana para entrar en una deriva secesionista a través de un Estatuto propiciado por él mismo, ya como presidente del Gobierno de España, y cuyas consecuencias, ésta es sólo una más de tantas de aquellos ocho años, están padeciendo en primer lugar los catalanes y, con ellos, el resto de España.

La línea seguida desde entonces ha hecho que el PSC se haya convertido en un partido sin posibilidad de gobernar en Cataluña, haya entrado en una vía de confusión ideológica y, además, ha ya contagiado al PSOE para acompañarle en ese viaje de destino desconocido.

El PSC de Pere Navarro consumó en la noche del pasado jueves, si Rubalcaba en un pronto de racionalidad no consigue remediarlo, un pacto en favor del derecho a decidir, llevando de esta manera como compañeros de viaje a CiU, ERC e ICV-EUiA. Un derecho éste que se ejercerá a través del voto, tal y como recoge el proyecto soberanista que ha sido acordado por CiU y ERC en el Govern. Con ello abandona a toda una capa social catalana, aquella que defiende su esencia regional y con el mismo entusiasmo la española.

El dirigente socialista parece haberse imbuido de aquella filosofía cervantina «cada uno es como Dios le hizo y aún peor muchas veces».

De los socialistas será una buena parte de la responsabilidad de ese viaje. El tiempo dictará sentencia. Que sea para bien. Así es la vida.