Ely del Valle

El PSOE y sus primarias

La Razón
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No le está saliendo bien la estrategia a la gestora del PSOE. Su idea de dilatar en el tiempo la celebración de su Congreso para desactivar a Sánchez y evitar más fracturas amenaza con gangrenar las ya existentes, que no son pocas. Una vez que ha sido el propio ex secretario general el que se ha desactivado a sí mismo a base de decir memeces y propulsar alianzas descabelladas como única vía para arrebatarle el poder al PP, esperar seis meses para conformar la nueva Ejecutiva y debatir hacia dónde quiere ir el partido se antoja un periodo de tiempo excesivo teniendo en cuenta que tanto los populares como Podemos y C’s llegarán a junio habiendo celebrado sus respectivos congresos y con sus tensiones internas resueltas.

Es bien sabido que la fuerza centrífuga que genera la falta de unidad en cualquier colectivo termina por fraccionarlo mucho más, y que la falta de unas directrices consensuadas por las distintas facciones acaba por crear subdivisiones entre las propias divisiones, que es lo que ya empieza a suceder entre los socialistas, donde cada día surge un debate distinto, un rumor diferente y un nuevo descontento. El meollo de la cuestión es que, visto el resultado que les han dado las primarias, la gestora está intentando encontrar una vía que permita elegir al nuevo/a secretario general sin dejar la última palabra en manos de los militantes pero sin que, al mismo tiempo, parezca que renuncian a un sistema que han convertido en bandera de su democracia y en rejón para criticar al PP. Es el escollo que les impide abordar los zurcidos con la celeridad que cada vez más reclaman. Las primarias que encumbraron a Pedro y que el mismo Pedro se encargó de dinamitar en Madrid se han convertido para el PSOE en una trampa de tintes machadianos: «Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio...».