Martín Prieto

El rapto socialista de Clara Campoamor

Ruiz-Gallardón, sostiene que el PSOE tiene un pobre historial en defensa de las mujeres.No le falta razón. Evita Perón no fue una prócer pero le dio el voto a las argentinas, tal como Clara Campoamor (que nunca fue socialista) logró el sufragio para las españolas. En 1931 el PSOE y las izquierdas negaban el voto femenino en el supuesto subnormal de que las mujeres votaban lo que indicaran el marido o el director espiritual, como si carecieran de criterio. Campoamor, huérfana, sin posibles, completó brillantemente Derecho en dos cursos y no en los once de nuestra estrella socialista Susana Díaz. En Constituyentes tuvo que batirse con dos socialistas como Victoria Kent y Margarita Nelken, opuestas cerrilmente al voto de la mujer. En el PSOE , el bipolar Indalecio Prieto, un mes por la moderación anticomunista y otro por la revolución soviética, encabezó la oposición a Campoamor, dividiendo a su partido. Finalmente se reconoció el voto a las mujeres gracias a las derechas, regionalistas y un segmento no misógino del PSOE. De no ser por Clara las españolas hubieran votado por primera vez gracias a Pilar Primo de Rivera , con la bendición franquista. Como otros intelectuales hubo de exiliarse repudiada por las dos Españas, en Londres, diez años en Buenos Aires, París y finalmente Lausana (1972) al posible calor de una amistad lésbica. En la década de los 40 intentó regresar a España impidiéndoselo Franco por presuntos antecedentes masónicos y haciéndola un gran favor porque la izquierda no se lo hubiera perdonado jamás. Los primeros gobiernos socialistas de nuestra época fueron reflejo del machismo civilizado de Felipe González. Fraga no tenía cuotas y casi nombra sucesora a Isabel Tocino. La mujer política ha brillado con el PP, acaso porque al PSOE le falla el departamento de recursos humanos femeninos. Ahora los socialistas, ayunos de referentes, secuestran como propia a Clara Campoamor a la que vomitaron de su boca. Escribió iniciada la guerra: «...hay tantos liberales entre los alzados como antidemócratas en el bando gubernamental». Eso el PSOE no lo tolera ni hoy.