Francisco Marhuenda
El resultado de unas reformas acertadas
La senda de fuerte e intenso crecimiento que vive la economía española demuestra que las reformas emprendidas por el Gobierno de Rajoy han sido las acertadas. Durante estos años se han tomado decisiones duras, difíciles e impopulares, pero gobernar con seriedad es, precisamente, hacerlo desde el patriotismo. Es verdad que Ésta es una palabra poco usada y en ocasiones escasamente valorada, pero es la que define a las grandes naciones y a los políticos responsables. Los datos de la encuesta de población activa del segundo trimestre de 2015 muestran una intensa creación de empleo y reducción del paro. Es verdad, como siempre insiste el presidente del Gobierno, que no podremos estar satisfechos hasta que el nivel de empleo sea similar al que teníamos antes del comienzo de la crisis, pero es indudable que estamos en un ciclo de crecimiento muy positivo, intenso y esperanzador. La clave ahora es que el escenario político que resulte de las próximas elecciones generales no se caracterice por la inestabilidad, la incertidumbre y la fragmentación.
Es normal que un sector de los votantes del PP pueda estar enfadado y desmotivado para mantener su apoyo, como se vio en las europeas y luego en las autonómicas, pero dar paso al populismo, como ha sucedido en las grandes capitales y algunas comunidades, sería desastroso para España. Rajoy es un gobernante serio que ha preferido el desgaste electoral antes que poner en riesgo la recuperación económica. Lo sucedido en Grecia es un buen ejemplo de los riesgos que comporta el acceso de la izquierda antisistema al poder. Es verdad que la izquierda está muy motivada y además llevamos más de tres años en los que se ha mostrado una imagen catastrófica de España que no se corresponde con la realidad. Los políticos, economistas e intelectuales de izquierdas quieren conseguir el poder a cualquier precio, aunque el primero ha sido un inquietante declive del PSOE, que ha sufrido un gran retroceso electoral, aunque ha pactado con los antisistema de Podemos para conseguir el gobierno de algunas comunidades autónomas. La otra cara de la moneda es el desastre en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza y Valencia. El voto urbano de izquierdas le ha dado la espalda en beneficio de Podemos y sus mareas ciudadanas.
El alto nivel de paro ha sido un problema endémico de la economía española que se reproduce en todas las crisis. Es cierto que tenemos una economía sumergida espectacular y un fraude fiscal muy importante, algo que la experiencia demuestra que es muy difícil de corregir. La reforma laboral y la persecución de los defraudadores han dado unos resultados excelentes, pero en la próxima legislatura será necesario seguir profundizando en esta dirección. Rajoy encontró un escenario muy grave porque existían unos desequilibrios que no se habían corregido y se ignoraron los síntomas, creyendo que era una crisis de corta duración. Los déficits comercial y público eran muy elevados, se había sobrevalorado el sector inmobiliario, un desplome de los ingresos del Estado unido a una crisis muy grave en la zona euro, un alto endeudamiento público y privado, crecimiento negativo de la economía, aumento imparable del paro, enormes dificultades para financiarse y una huida de la inversión extranjera, además del grave problema en una parte importante de las cajas de ahorro.
Las reformas han permitido ganar competitividad y recuperar la senda del crecimiento económico y la creación de empleo. Un programa de consolidación fiscal para recuperar la confianza, un saneamiento del sistema financiero y reformas para recuperar la competitividad en el mercado laboral, energía, administración, educación, unidad de mercado, fiscalidad, transparencia y buen gobierno. Todo ello, y la fuerza de nuestras empresas, explica los resultados de la EPA.
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