CiU

En la cuerda floja

El líder socialista camina por una peligrosa cuerda floja gracias a sus hermanos del PSC. El partido federado que ahora lidera Miquel Iceta sigue sin aclararse sobre el desafío soberanista. Así se demostró el pasado viernes en la votación de la famosa ley de consultas, por cierto no refrendarias, aprobada con la única oposición del PP y de Ciudadanos. Aunque Sánchez se empeñe en recalcar en cada una de sus intervenciones que en lo sustancial PSOE y PSC están de acuerdo al calificar la consulta de marras de ilegal, un día sí y otro también los hechos se encargan de desmentirle y, sin las cosas continúan así, Sánchez corre un serio riesgo de hacer el ridículo, no por llamar a programas televisivos de mal gusto y dudosa moralidad, sino porque el otrora granero de votos socialista siga perdiendo puntos mientras se pasa por el arco del triunfo las directrices de la dirección federal. Mientras Artur Mas se hace el harakiri político y lleva a su partido a la desaparición y a los catalanes a la frustración que todo engaño (y éste es de los gordos) genera, los miembros del PSC siguen dando bandazos y dejando en la más absoluta soledad a sus votantes naturales, los que han estado proporcionándoles mayorías en España precisamente por estar lejos del nacionalismo excluyente. La pinza que puede dejar a Pedro Sánchez fuera de juego antes de tiempo no es la que dice la gente de su entorno refiriéndose al Partido Popular y a Podemos. La afilada pinza que rompería los ya débiles vínculos del PSOE con su electorado de buena parte de España la forman los nacionalistas catalanes y la alegre muchachada de Iglesias y Monedero. Una trampa para elefantes en la que puede quedar atrapado el joven y mediático líder del PSOE que debería escuchar más a Susana Díaz y menos a los equidistantes como Iceta.