Cristina López Schlichting

Erratas

Los periodistas convivimos con las erratas. Y también con las casualidades deshonrosas. Una vez me tocó coordinar un especial sobre el campo de exterminio de Auschwitz. ¿Saben qué publicidad cayó en la página del diario? ¡La del nuevo cementerio de Tres Cantos! Todos cometemos errores, pero los gazapos de los alumnos son maravillosos. Mi amigo Gabi Lanzas es un profe excepcional. Vive para los escolares y se pone enfermo de tristeza cuando abandonan el colegio. Seguir su twitter, conmueve (@glanzasp) y contiene algunas de las mejores perlas que he leído. Como no tengo el talento de Ussía, sirva este elenco como artículo humorístico. El arte es un buen capítulo para empezar: «En su viaje a Italia, Velázquez pintó el retrato del papa Cándido X». Era Inocencio X, por supuesto. «Se sabe que es una obra castellana porque son colores muy terráqueos». Apostilla de mi amigo: «Los catalanes usan colores marcianos, supongo». En la misma línea: «...Se pinta de tono amarillento para dar la sensación de que su muerte está cercana» (si no fuera porque es un cuadro de un entierro). Del capítulo de Historia contemporánea salen citas memorables: «El gas mostaza no sólo mata a aquellos que sufren sus efectos, también los incapacita»... o «Este tanque se mueve con el sistema de gusanillo» (orugas, desgraciado, orugas). Los «oligopolios» dan pie a más de una confusión hilarante: «Y tenemos que rechazar los polinomios en Europa, tan dañinos ellos». Las hormonas adolescentes, en fin, juegan sus pasadas: «Religión griega: de Oriente viene todo lo erótico, pues debido a las religiones del islam los hombres tienen a más de una mujer», «Isoyeta: línea imaginaria que une zonas con voluptuosidad (de verdad que pone eso) de precipitaciones similares», «Cordillera: empinamiento de las montañas». Añade el profesor: «No quiero pensar mal, no quiero pensar mal, no quiero pensar mal». Pero, definitivamente, el capítulo más feraz es la Historia Antigua: «Fueron con todas sus pertenencias y se fueron a la península balcánica, donde vieron unos griegos que les enseñaron todo»; «El Imperio de Occidente se quedó en la península defendiendo su territorio. El Imperio de Oriente se fue a otro sitio a vivir»; «Todas las polis griegas buscaban vistas al mar»... como en Benidorm. Al cabo del curso, nada empaña los tuits de Gabi: «Mañana empieza la selectividad: todo mi apoyo», «Orgulloso de mis alumnos y agradecido por poderles dar clase», «Que todos los alumnos de Historia aprueben el examen no tiene precio». No podía faltar el toque final: «La revolución industrial fue muy importante. Si no, no la hubiéramos estudiado». El profesor Lanzas, sentencia: «Gracias, majo. Felices vacaciones».