Error innecesario

La petición de indulto para el exalcalde de Torrevieja, Pedro Hernández Mateo, ha desatado una polémica en buena parte artificial e innecesaria al provenir de un error en el procedimiento, ya que nunca debería haber protagonizado la recogida de firmas el diputado popular Andrés Ballester, sino la Asociación de vecinos promotora de la solicitud del perdón. No resulta edificante que sea un compañero del grupo parlamentario quien se dedique a redimir a un condenado por corrupción, como si fuera una defensa de casta. Y me explico así desde la negativa a pensar en la existencia de una maniobra organizada para socavar la autoridad del presidente Alberto Fabra.

Aclarado esto, aprovecho para subrayar que la concesión graciosa por parte del Gobierno de una medida de gracia se antoja trasnochada para una democracia moderna. El favor debería estar determinado por el cumplimiento de una serie de circunstancias, de forma que respondiera a más a un derecho que a la voluntad o capricho del gobernante. ¿Por qué a unos y a otros no?

Dicho esto, Hernández Mateo no tiene por qué recibir el privilegio por el hecho de ser político, pero tampoco debe negársele por la condición de serlo. Así es la vida