Restringido

Errores y purgas

Emitir facturas falsas, comprar regalos y pagar comilonas con el dinero público destinado a la formación de los parados es un error, una falta de control, pero en ningún caso mala fe o enriquecimiento ilícito. Cesar en la Agencia Tributaria o en cualquier organismo público a quienes entraron con el carné del PSOE en la boca es, sin duda alguna, una purga política. Dos días antes de celebrarse las elecciones generales de octubre de 1982, el que estaba llamado a ser vicepresidente político del primer Gobierno socialista de la democracia, instaurada gracias a la Constitución aprobada tres años antes, afirmó delante de un reducido grupo de entonces jóvenes periodistas que la solución de RTVE era ir llamando de uno en uno a los trabajadores, ponerlos en la calle, y sustituirles por otros. Naturalmente no se hizo así, pero sí se procedió a la laminación de muchos de quienes habían trabajado durante los breves años de la UCD. Fue en aquellos años de mayorías no absolutas sino absolutérrimas, cuando se decidió entrar a saco en todas y cada una de las instituciones y organismos públicos aprovechando la gran permeabilidad de la política de los gobiernos de Adolfo Suárez. Había que demostrar que se era más demócrata que nadie para alejar la larga sombra del franquismo que pendía como una espada de Damocles sobre todo aquel que no acreditara su izquierdismo. Alguno de aquellos izquierdistas habían vivido mucho mejor que no pocos liberales y centristas durante la dictadura, y no se les vio el pelo en una manifestación de las que disolvían los «grises» a porrazo limpio, ni ejercieron de abajo firmantes hasta que Franco murió en una cama de hospital. Recordar esto no tendría ningún sentido si no fuera porque en los siete años de Zapatero algunos de sus colaboradores más estrechos, y él mismo, no pararon hasta resucitar el fantasma de las dos Españas que hoy se podrían representar por aquellos que no son culpables de nada, aunque se demuestre lo contrario, y los que lo son de todo, incluso cuando se demuestra lo contrario.