Cástor Díaz Barrado

Escalada terrorista

La Razón
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Los atentados acontecidos en Bruselas representan un paso más en la escalada que el Daesh está llevando a cabo no sólo en Europa, sino, también, en los territorios que están o pueden estar bajo su control, como es el caso, entre otros, de Siria, Libia e Irak. A veces, da la impresión de que no es posible poner fin a actos de esta naturaleza que violan los más elementales derechos humanos y que causan un profundo dolor en el conjunto de la comunidad internacional. Quienes los llevan a cabo son insensibles al sufrimiento y a los sentimientos humanos y, de manera fanática, están dispuestos a aterrorizar a la población. El terrorismo puede acabar y los terroristas no son invencibles. La comunidad internacional no puede esperar más. El derecho internacional tiene establecidos los mecanismos precisos para terminar con los actos terroristas y para combatir y perseguir la financiación de los grupos que llevan a cabo estos comportamientos tan inhumanos. Hace falta, sin embargo, aplicar las normas del ordenamiento jurídico internacional y, sobre todo, que los estados que tienen la responsabilidad primordial en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales se pongan de acuerdo para acabar con los actos de terror. Europa debe seguir muy atenta para evitar nuevos atentados pero ha llegado el momento de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas decida, por unanimidad, poner fin a los conflictos de Irak y Siria e iniciar el camino que conduzca a la erradicación del terrorismo en la comunidad internacional. La paz sigue siendo el principal valor de nuestra sociedad y no debemos ceder ante quienes quieren privarnos de ella. No hay discrepancias que justifiquen actos como los que han tenido lugar en Bruselas. La dignidad del ser humano es lo principal. Las normas están claras y los valores perfectamente establecidos. Sólo falta la voluntad política de quienes gobiernan la comunidad internacional para iniciar el final de los actos terroristas.