Carlos Rodríguez Braun
Fantasías fiscales
Una de las grandes fantasías fiscales sostiene que el problema de los impuestos estriba en los que aún no los pagan. Ante ese mal, la cura es evidente: ¡a por ellos, que son unos malvados egoístas, insolidarios y antisociales! Y de ahí el torrente de solemnes llamamientos a «luchar contra el fraude fiscal». Se apunta a este carro la corrección política en masa, o los «socialistas de todos los partidos». Y allá vamos, a luchar contra el pérfido enemigo, etc. Es una pura fantasía, que, además de desvincular completamente el fraude de la presión fiscal, elude otro hecho: la mayoría de la población pagamos impuestos, cada vez más personas pagamos cada vez más impuestos. Ése es el problema real, y por eso el pensamiento único procura ocultarlo con esa fantasía y con otras vinculadas a ella. Por ejemplo, que usted, señora, paga impuestos altos por culpa de los defraudadores, pero si acabáramos con ellos, ¡ah!, señora, entonces bajarían los impuestos, lo que es un camelo, porque los contribuyentes somos más que antes, y no pagamos menos. Otro bulo pasa por enlazar el fraude con el gasto, de la siguiente manera: «El fraude fiscal equivale a todo el presupuesto sanitario español», como si eso significara que si los que evaden pagasen, entonces usted no tendría que financiar la Sanidad pública con sus impuestos. Y por fin, para quebrar su resistencia, señora, le aseguran que los que defraudan son los ricos y no, como es en realidad...¡los que pueden!
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