Daniel Portero

Francia hace justicia a las víctimas

Ha tenido que ser el tribunal de París el que imponga la primera condena a cadena perpetua a un etarra español, Mikel Carrera, por el asesinato de los guardias civiles Centeno y Trapero en suelo francés. Este hecho, sin precedentes en la macabra historia de ETA, llena de absoluta satisfacción a todas las víctimas del terrorismo y en especial a sus familias. Francia trata de dar sentido a la «doctrina Parot» y avanza que es favorable a la aplicación de esta doctrina con esta sentencia sin precedentes. Por primera vez, se aplica la auténtica justicia que llevamos tantos años reivindicando sin éxito en España y que hemos tenido que ver en el país vecino.

Además del día de la declaración de los familiares del 3 de abril, José Centeno ha tenido varias oportunidades de intervenir cada vez que los etarras tomaban el uso de la palabra para lanzar sus continuos mensajes a España y Francia como si fueran «presos políticos». A lo largo de las tres semanas de vista oral, los terroristas llegaron incluso a amenazar con la ruptura de cualquier «alto el fuego definitivo» y sus familiares llegaron a decir a los padres de los guardias civiles: «A tu hijo le matamos porque era Guardia Civil». Hoy de nuevo dio la última palabra el tribunal a los terroristas y tomaron el uso de la palabra. Su portavoz, Ibon Gogeaskoetxea , volvió a ser el interlocutor para acusar a los Estados francés y español de ser los responsables de las muertes de los guardias civiles. Recordemos que hace sólo una semana este individuo amenazó al Gobierno español con que su inmovilismo estaba llevando a vía muerta el fin definitivo de la violencia de ETA, encontrándose en una situación muy difícil e insostenible tras la salida de la cúpula etarra al ser expulsados en febrero de este año y de no hacer ningún gesto a la secretaría internacional creada por la banda recientemente. En respuesta al cutre y repetido argumentario etarra, me quedo con las últimas declaraciones en sede judicial de José Centeno: «No existen presos políticos en España. A nadie le condenan a cárcel en este país por pensar de una u otra forma. Los etarras van a la cárcel por asesinar, por tener un comportamiento fascista como Hitler y Sabino Arana. En ETA deciden quién vive, dónde vive, cómo y cuándo se muere. Sólo tienen dos razones para defender sus tesis, las pistolas y las bombas que ponen, asesinando, niños, mujeres, hombres, militares, guardias civiles y civiles».