César Lumbreras

Galimatías

Arias Cañete asiste en Irlanda a una reunión informal de los ministros de Agricultura de la UE, que comenzó ayer y acaba mañana. Estos encuentros tienen lugar una vez al semestre en el país que ostenta la presidencia del Consejo de la UE y sirven para hablar de manera distendida sobre los asuntos que plantea la delegación anfitriona. Pero en esta ocasión la reunión tiene una gran importancia porque lo que está en juego es la futura PAC. Los irlandeses quieren que los otros Estados miembros concedan un mandato revisado para negociar este asunto con la Comisión y el Parlamento Europeo. De hecho, también van a estar en Dublín algunos eurodiputados, claves en este proceso, algo que no resulta habitual. Conviene recordar que los ministros alcanzaron, con mucho esfuerzo, un acuerdo político sobre la reforma de la PAC el pasado mes de marzo. Éste es el mandato que tiene la presidencia irlandesa. Para salirse de ahí necesitan autorización de los Estados miembros y, quizás, otro nuevo acuerdo, algo difícil de lograr. Ahora bien, si no obtienen este nuevo mandato será muy complicado acercar posiciones con la Comisión y el Parlamento, Total, un verdadero galimatías. En este contexto Arias Cañete en Dublín tiene el doble objetivo de que no empeoren las cosas para España y, si se puede arañar algo, pues mucho mejor. La convergencia interna de las ayudas es lo que más preocupa a la delegación española, ya que eso podría traducirse en una transferencia de dinero de unos agricultores a otros y también entre regiones, lo que sería otro galimatías, en este caso de política interna.