Angel del Río

Ganemos y no paguemos

La Razón
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Ahora Madrid gobierna y desgobierna el Ayuntamiento, según qué días y a qué se dedique. Esta coalición de intereses y raleas políticas, la integran IU, Equo, Ganemos, Podemos y, desde ahora, No Paguemos, que es ese colectivo dentro de la coalición que se declara insumiso a la hora de pagar las aportaciones comprometidas como donaciones, en función de sus sueldos municipales.

El Ayuntamiento de Madrid siempre ha tenido una amplia plantilla de funcionarios y otra menos amplia, pero importante para el presupuesto, compuesta por personal interino o eventual, generalmente de la familia de los elegidos y de los elegidos a dedo por cuestiones afines a los propios partidos. Son cargos de confianza, principalmente asesores; esa clase de enchufados de la que algunos se acuerda de malas maneras cuando los contratan los de enfrente y que son imprescindibles cuando son del mismo enchufe conectado al poder.

Siempre se ha criticado desde la oposición que la nómina municipal de asesores en el Ayuntamiento de Madrid, especialmente durante los gobiernos de Ruiz-Gallardón, era desorbitada y en aumento. De esos críticos uno esperaba que cuando ellos ostentaran la responsabilidad de Gobierno meterían la tijera para cortar al cero esa nómina de la «cofradía del buen enchufe». Pues no. Ahora Madrid cae en la tentación del nombramiento a dedo del cargo de confianza y la ejecuta sin reparos, complejos ni medias tintas, tanto en la sede del consistorio como en las juntas de distrito, que en Madrid son 21 y dan para colocar muchos de esos enchufes múltiples que domésticamente conocemos como «ladrones» (aparatos con dos o más tomas). Y ejercido el anteriormente criticado derecho a la «colocación digital», resulta que los elegidos como personas de confianza no lo son tanto porque, en el caso que nos ocupa, la mitad de ellos no ha respondido al compromiso altruista y en origen generoso de hacer donaciones de una parte de sus salarios, llevando la desconfianza a sus mentores. Han invocado a Santa Rita: «Lo que se da, no se quita», y de sus emolumentos, no han derivado de un euro para cumplir con los compromisos «benéficos» adquiridos.

Y así las cosas, ¿cómo van a actuar los responsables políticos de sus nombramientos ante el incumplimiento de lo pactado? ¿Se les sancionará? ¿Serán obligados a pagar lo que deben? ¿O se les dejará que vayan a su aire, que para eso se dijo en su día que estos asesores eran independientes? ¿Se convertirá No Paguemos en una nueva corriente dentro de Ahora Madrid? Tiempo al tiempo, que lo más probable es que todavía nos queden cosas muy fuertes por descubrir.