Lucas Haurie
Gasto prioritario
Espartinas ha pasado a la pequeña historia del municipalismo por poseer el primer ayuntamiento hereditario de España, pues la histórica Regla Jiménez falleció hace una década en el ejercicio del cargo que ocupó al día siguiente del óbito, y hasta hoy mediante confortables mayorías electorales, su hijo Domingo. Cuando las alcaldías del PP se contaban con los dedos de una mano en la provincia de Sevilla, ya estaba instalada la gaviota en su feudo espartinero, y así se entiende la indulgencia con la que los dirigentes del partido observan las extravagancias del regidor: la última, que el propietario de un chalé mediano haya doblado su contribución de IBI en 2012 mientras se entera de que se han invertido más de 120.000 euros del municipio en el apoderamiento de un torerillo local. De acuerdo que el pueblo debe su universalidad a la tauromaquia porque es su hijo más ilustre, Juan Antonio Ruiz, quien hoy se identifica instintivamente el apelativo Espartaco, en lugar de con el esclavo rebelde romano encarnado por Kirk Douglas, pero esto es demasiado y así lo ha entendido la Fiscalía, que investiga una posible malversación. Un régimen necesita a sus intelectuales orgánicos y como en la comarca del Aljarafe no deben abundar los bardos que canten las excelencias inmarcesibles de la dinastía Jiménez, se promociona a un novillero como quintaesencia de las virtudes del terruño. En los parques de Espartinas hay yerbajos que sobran en tres palmos la estatura de un Miura con su testuz erguida pero qué orgullo sin parangón habría sido ver a un paisano triunfar en Las Ventas.
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