Iñaki Zaragüeta

Gran error

Uno de los signos externos por el que ya empezamos a notar la pérdida de calidad de vida y que, además, constituye un gran error, es el abandono del mantenimiento. Cada vez hay más demostraciones del deterioro de servicios públicos, como sucede con la Ciudad de la Justicia de Valencia, con obras de Calatrava, con las camas de 2.400 euros de la Nueva Fe o los baches en calles y carreteras de nuestras ciudades...

Si no hay dinero para invertir, debe haber para mantener. Sabido es que la reparación o sustitución de cualquier instrumento, instalación o vía, resulta bastante más cara que realizar un buen mantenimiento.

La política del abandono por ahorrar es una gran equivocación, aún más en un mundo en el que la tecnología facilita el control de todo. Hoy los coches avisan para la revisión, los sensores hacen lo propio para cambiar una bombilla... Las técnicas modernas han provocado el abaratamiento del mantenimiento. La Administración acertará, también económicamente, si se preocupa por la conservación, especialmente en el momento actual en que las partidas para la inversión están bien menguadas sin que se prevea una pronta recuperación. Así es la vida.