Valencia

Hacer grande lo pequeño

Pocas veces se da que un artista triunfe en un papel importante pero no protagonista por encima de quienes cantan éstos, y menos si se trata de primeras espadas. María José Montiel lo logró como «La ciega» de «La Gioconda» en La Bastilla. Cierto es que el personaje posee un aria emotiva, pero también que casi toda su intervención acaece en el acto primero y luego aún quedan más de dos horas de ópera. Las ovaciones al final superaron a las dedicados a sus compañeros, nada menos que Urmana y Álvarez. Había una razón: mientras los demás mostraban alguna que otra debilidad, ella estuvo perfecta, con una voz grande, llena de calidez y emotividad, cantando con filados y en todas las dinámicas. Ese hacer grande lo pequeño sucedió también con la Madelón de «Andrea Chenier» o con la Neris de «Medea» en Valencia. Tiene bemoles cantar «Carmen» de Palermo a Atlanta, cada dos por tres el «Requiem» de Verdi por Italia con un Chailly que la adora... tener más presencia fuera que dentro. No es la única. Decía una célebre figura que en España sólo había tres caminos para triunfar: tierra, mar y aire.

Ha sido así y será así mientras nuestros auditorios y teatros sean gobernados por directores incapaces. Directores que no saben lo que se traen entre manos y acaban en las manos de agentes para quienes la comisión es mayor si sus representados tienen nombre extranjero. Directores para quienes el renombre del artista representa un seguro ante posibles actuaciones deficientes: «Yo traje la estrella, es su problema si no está a la altura». Directores para quienes lo que importa es su proyecto personal. Directores tan encerrados en sí mismos que ni se enteran de galas en las que participan 22 cantantes de habla hispana. Directores que van de un teatro a otro colocando su catálogo de artistas amigos, sin importarles lo más mínimo los artistas locales. Directores más atentos a sus intereses que a los del público. Por eso supone una satisfacción el triunfo parisino de Montiel. Por eso traen un aire de optimismo tres espectáculos actuales: «Pepita Jiménez», en los Teatros del Canal, «Viento es la dicha de amor», en La Zarzuela, y«Il mondo della luna», en el Arriaga. Por eso alienta la inteligente y atractiva próxima temporada del Teatro de La Zarzuela. Porque por fin se demuestra competencia e imaginación y se brinda oportunidad a nuestros artistas.