Hay revancha

En el minuto 54, el central Alaba utilizó el servicio de franqueo para disparar, pero sin la la suerte de Schwarzenbeck y el balonazo rompió en el larguero. No entró 42 años después. Jugaba el Atlético en la cueva, encerrado, ensayando la vuelta en Múnich, con el 1-0 guardado en una jaula de oro, el balón de adorno y el sudor, afluente del Manzanares. Animaba la grada incansable con el corazón encogido, que este equipo hace sufrir tanto que provoca apneas antes de dormir. Corta la respiración y produce suspiros, sin pausa. Hace de la defensa virtud y del contragolpe, un método de supervivencia en cuanto marca un gol. Y el de Saúl fue imperial, de Messi. Sólo faltó el del «Niño», pero lo repelió el poste. Hay revancha. Cuestión de fe, esperanza y calidad.

En la otra acera, Cristiano pone al mal tiempo buena cara. Podría estar para recibir al City, que ya defraudó en Mánchester, o perderse lo que resta de Liga, en cuyo caso Bale adoptaría el papel relevante al que renuncia cuando juega Ronaldo. En el club aprietan las mandíbulas; la lesión es muy inoportuna; pero más en la recta final de la temporada. Y no es que «Cris» no se cuide, que lo hace, es que al entregar todo a la empresa «CR7» se excede y las conquistas individuales le impiden ver el interés general. Lo cual molesta, más que al Bayern que el Atleti consuma la revancha, ese plato que en su caso está congelado y a punto de cristalizar en Múnich. El 1-0 es buen resultado.