Gonzalo Alonso
Hazen, dos siglos haciendo música
¿Cuántas empresas pueden celebrar un bicentenario? Muy pocas, mucho menos las musicales y aún menos, españolas. El mérito es mayor si se considera que todo este tiempo ha estado regentada por una misma familia: la de los Hosseschrueders y Hazen. Posiblemente el lector sólo conozca el edificio de Las Rozas, la Casa Hazen inaugurada en 1975, pero la historia es mucho más larga. Johanes Hosseschrueders llegó a Madrid desde Holanda en 1802 para abrir un taller de pianos en 1814. Sus sobrinos Jan y Pieter Hazen Hosseschrueders llegaron en 1810 para ayudarle a construir arpas y pianos bajo la marca Hosseschrueders y Sobrinos. Al volver el fundador a su país quedaron al mando los Hazen, quienes fueron distinguidos por los reyes Fernando VII e Isabel II con medallas de oro y plata en tres ocasiones. Casi 70 años después Juan Hazen Álamo cambió el nombre e incorporó actividades como la reparación y el alquiler de pianos, ampliando la gama a otras marcas. Fue fundamental poner a disposición de artistas y entidades el primer Gran Cola de Conciertos. Más tarde, Felix Hazen creó la Distribuidora General de Pianos, SA, liderando claramente el mercado. El éxito y una orden de derribo obligaron a cerrar en 1970 la legendaria tienda de la calle Fuencarral para trasladarse a Juan Bravo. Fue entonces cuando, oculto por el polvo de décadas, apareció un piano de 1807. Vinieron luego la magnífica sede de Las Rozas y las tiendas de Arrieta y el Auditorio.
Paralelamente Felix Hazen creó la Fundación Hazen Hosseschrueders para unir el legado que recibió y el que iba a dejar. Llegaron las becas, los oficios técnicos, la divulgación de la colección de pianos históricos... tantas cosas de las que Felix habría de sentirse orgulloso, junto con la preparación de un bicentenario que por desgracia no pudo contemplar. Fue lógica la profunda emoción de Felix hijo durante el acto celebrado el domingo en la Real Academia de Bellas Artes donde, como no podía ser de otra forma, el piano fue protagonista, dando melodía a piezas como «Semejante a la noche» de Jesús Torres, que estrenó Javier Perianes, su interpretación de la «Fantasía Bética» de Falla o del «Quinteto para piano en sol menor» junto al Cuarteto Quiroga. Acto con músicas para recordar cuánto debemos a los Hazen Hosseschrueders.
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