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Hermano Papa

La Razón
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Con esta expresión coloquial saludó el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia a Francisco cuando este le recibió en audiencia el pasado viernes 15 de diciembre en el Palacio Apostólico.

Es la quinta vez que Evo Morales se entrevista con el Santo Padre: en julio del 2015 Bergoglio le visitó en el Palacio del Gobierno de la Paz durante su visita al país andino. Pero antes el mandatario boliviano había venido al Vaticano en septiembre del 2013, en octubre del 2014 y en abril del 2016. Ambos, pues, se conocen muy bien.

No es de extrañar, por lo tanto, que el comunicado oficial subraye la «cordialidad» con que se desarrollaron estas últimas conversaciones ya que en ellas se subrayó «la contribución que la Iglesia ha dado y sigue asegurando a favor del progreso humano, social y cultural del país». La visita al Vaticano del «hermano Evo» –así le denominan sus colaboradores diplomáticos– no es fortuita; se produce un mes antes de que Francisco viaje a Chile. Como es sabido, Bolivia reclama a este país limítrofe una salida al mar. Este contencioso se remonta a la Guerra del Pacífico (1879) cuando el Chile vencedor se anexionó algunos territorios peruanos y bolivianos; el caso está pendiente de una resolución del Tribunal Internacional de La Haya.

Según indiscreciones recogidas por los medios de comunicación en el coloquio vaticano se evitó abordar un argumento tan polémico aunque resulta escasamente probable que con el Papa o con el Cardenal Parolin, Secretario de Estado, Morales no se haya referido para nada a esta aspiración de su pueblo que, por otra parte, Bergoglio consideró «no injusta» cuando regresaba de su viaje a Ecuador, Paraguay y Bolivia en julio del 2015.

Lo que sí se ha evitado esta vez para limar aristas fue el intercambio de regalos para evitar que el hermano Evo le entregase al hermano Francisco un crucifijo esculpido sobre una hoz y un martillo o le aconsejase recurrir a la coca cuando se encontrase bajo de forma física o psíquica.