Alfonso Ussía

«Hisenda»

Me confirman mis corresponsales en Barcelona que «Hisenda» significa «Hacienda». En el pasado mes de febrero, Mas, Homs y Puig invitaron a los contribuyentes catalanes a pagar sus impuestos en la «Hisenda Nacional Catalana». La Agencia Tributaria tembló. De risa, pero tembló. Y el temblor se ha justificado. Finalizado el plazo de presentación y abono de los correspondientes impuestos por el rendimiento de las personas físicas, la «Hisenda» ha recaudado las contribuciones de doscientas personas. No doscientos millones de contribuyentes, que no hay tantos en Cataluña. No doscientos mil, que sí los hay pero no han ido a la «Hisenda» sino a la Hacienda nacional, es decir, la española. Apenas doscientos han respondido a la llamada de la insumisión fiscal. Doscientos «tributs».

Simultáneamente se ha publicado la segunda parte del informe titulado «Dimensión de las Fuerzas de Defensa de Cataluña». Esta segunda entrega corresponde a las fuerzas aéreas, y de su autoría se responsabiliza una tal «Societat d'Estudis Militars». La primera entrega, la de la Marina de Cataluña, fue firmada por la ANC-Defensa, y resultó tan extravagante y divertida que la propia ANC-Defensa salió al paso del cachondeo general con un comunicado que aumentó el nivel del cachondeo. Recuerden los lectores que les ofrecí mi «Zodiac» con todos sus complementos exceptuando el fusil-arpón de pesca submarina. Los sabios de la «Societat d'Estudis Militars» proponen para las Fuerzas Aéreas de una Cataluña independiente 12 aviones de combate polivalentes F-16 Fighting Falcon, diez de los cuales tendrían que ser monoplazas y dos biplazas para los entrenamientos y períodos de instrucción. Irían armados de poderosos misiles.

Consultada la «Hisenda Nacional Catalana», ésta ha comunicado que con los impuestos recaudados por los doscientos catalanes insumisos con la Hacienda española, las Fuerzas Aéreas de Cataluña, a lo más que podrían aspirar en el presente momento, es a una escuadrilla de cometas de playa. Cuidado, que esto va en serio. Una cometa de playa puede resultar muy peligrosa en su dimensión bélica. He visto a gente con heridas en la cabeza como consecuencia del ataque de cometas de playa. Las triangulares son peligrosísimas. Los administradores de los «tributs» disidentes, no obstante, admiten la posibilidad de llevar a cabo un esfuerzo-goma con el dinero recaudado, y adquirir -siempre que sea a buen precio-, a cualquier feriante propietario de un «tiovivo» un avioncito de madera y cartón, que se pintaría con los colores de la Aviación Catalana y luciría en la cola una pequeña bandera estrellada con las cinco puntas de la bandera de Cuba. Pero no más. Los «tributs» no dan de sí y es preferible aguardar al año próximo para que la «Hisenda» pueda conceder a la Aviación Catalana lo suficiente para comprar en el subterráneo mercado internacional de armas un avión, aunque éste no lleve reactores, que los reactores son lo más caro que llevan los aviones porque sin ellos no pueden despegar. Con doscientos «tributs» bastante sería culminar semejante adquisición.

Siempre, claro, que no actúe la Hacienda española contra los doscientos insumisos de la «Hisenda». Si Montoro ordena –y lo puede ordenar–, una inspección de Hacienda por impago de impuestos a los doscientos contribuyentes de los «tributs», y se les aplican las sanciones correspondientes, exigiendo además a la «Hisenda» la devolución del dinero recaudado, la Aviación Nacional de Cataluña no tendría ni para aviones de papel. Que también son peligrosos si se modulan con una punta afilada y se lanzan con fuerza contra el rostro del adversario.

El éxito de la «Hisenda Nacional Catalana» puede calificarse de perfectamente descriptible. Sólo el 0,006% de los contribuyentes catalanes han confiado la contribución de sus trabajos y rentas a la administración separatista. Para recorrer el trecho que separa esta evidencia de los 70.000 millones de euros presupuestados por Mas, Homs y Puig, tiene que pasar bastante tiempo. Y sin contar con los paracaídas. Que nos hemos olvidado de tan importante fuerza de invasión y choque. Una Cataluña independiente sin paracaidistas lo pasaría regular, y más aún, si pretende invadir Castellón, Valencia, Alicante y las islas Baleares. Me figuro la consternación de los sabios de la «Societat d'Estudis Militars». Lo suyo sí que es heroico. Propongo que sean condecorados con la Gran Cruz de «Sant Jordi». Se lo merecen.