Toni Bolaño
Homs mata al mensajero
El conseller de Presidencia de la Generalitat, Francesc Homs, ha desvinculado el debate soberanista con la relación del Gobierno catalán con La Zarzuela. Es más, el conseller ha insistido en situar la reunión en el ámbito protocolario e institucional y ha insinuado que LA RAZÓN cuando mezcla soberanismo y corono peca de «voluntarismo». Se supone que con estas palabras, el máximo responsable del proceso de Transición Nacional acusa a este diario de manipular y tergiversar la realidad. Sin embargo, el conseller de Presidencia no explica dos cosas. Primera, ¿por qué acompañó a Zarzuela al Delegado de la Generalitat en Madrid cuando jamás un miembro del Gobierno catalán ha estado presente en una reunión similar?, como confirmaron los ex responsables de la delegación Raimón Martínez Fraile y Jordi Casas. Ambos coincidieron en sus argumentos y eso que asumieron la responsabilidad con gobiernos diferentes, uno con Montilla de presidente y el otro con Mas como inquilino del Palau de la Generalitat.
Segunda, si la reunión era totalmente protocolaria e institucional y no esconde segundas intenciones, ni tan siquiera la de normalizar unas relaciones más que deterioradas entre la Casa Real y la Generalitat, ¿por qué el conseller Homs no puso en su agenda oficial este encuentro? ¿Por qué se ocultó deliberadamente a los medios de comunicación? Si la entrevista con Rafael Spottorno se enmarca en el ámbito protocolario e institucional, ¿por qué se oculta? ¿Para no ofender a los republicanos de ERC?
En palabras de un miembro del Gobierno, las explicaciones del conseller de Presidencia «no cuelan». «No tiene sentido decir que es un acto protocolario y de normalidad institucional y luego esconderlo». Para evitar las manipulaciones que el conseller insinúa, quizás debiera responder a estas cuestiones, bastante sencillas, por otra parte.
LA RAZÓN solamente constató la relevancia de este encuentro –anómalo desde que existe la Delegación en Madrid– del número dos del Govern con la Casa Real después de más de once meses de frialdad y distanciamientos más que constatables y evidentes. También, LA RAZÓN, se ha limitado a recoger las tesis existentes sobre el Rey y el Príncipe que se sostienen en diversos círculos nacionalistas nada alejados del Palau de la Generalitat y de la calle Córcega, sede de CDC, el partido de Homs y Mas. Lo más fácil es matar al mensajero. Lo más difícil es dar explicaciones y reconocer que te han pillado con el paso cambiado.
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