Carlos Rodríguez Braun

«Impenitente»

Con el sugestivo subtítulo de «una defensa emocional de la fe», Francis Spufford publica este libro en Turner, con muy buena traducción de Catalina Martínez Muñoz. El autor, creyente de la Iglesia de Inglaterra, sostiene que la religión es un sistema sentimental, de emociones, y que «tiene sentido, emocionalmente, actuar como si Dios existiera». Pide diálogo y respeto; temo que no los obtendrá en esta época de política hipertrofiada, que acorrala siempre a la religión.

Me ha gustado especialmente el capítulo V, «Yeshua», como llamaba la gente a Jesús, presentado como persona en sus actos y propias palabras, unas palabras en las que no cabe encontrar referencias al aborto o el celibato sacerdotal, la virginidad en el matrimonio o la homosexualidad... de hecho el sexo parece preocuparle poco, como se ve en el emocionante episodio en el que salva a la mujer adúltera a punto de ser lapidada.

Y como economista disfruté de la alegoría a la que recurre Spufford para refutar la vieja falacia de que Dios tiene la culpa de las cosas; aduce que es una variante de la cómoda ficción que nos priva de toda responsabilidad ante nuestros propios actos malvados: «Esta teoría es infalible, porque siempre habrá estructuras de poder a las que echar la culpa cuando la gente se comporte mal». A continuación añade: «También la teoría de que si se deja actuar con libertad a los mercados éstos se regularán perfectamente (cuando jamás se les deja actuar con libertad) es irrefutable».