Francisco Marhuenda
¿Indecisos?
La izquierda política y mediática anda muy nerviosa porque el PP puede ganar las elecciones y retener una parte muy importante de su poder autonómico y municipal. Desde hace meses asistimos a una campaña dura y contundente contra Rajoy que es continuidad de la que hemos vivido desde el comienzo de la legislatura. Ahora se opta por la minimización, hasta extremos grotescos, de los aciertos en la política económica y de haber conseguido evitar el temido rescate. La línea de crédito para sanear a un grupo de cajas de ahorro mal gestionadas y excesivamente expuestas al riesgo inmobiliario se ha convertido en el «gran» rescate. Por lo visto, España vivía en 2011 una situación excelente y el PSOE dejó una buena herencia. Eso lo dicen no sólo políticos y comunicadores, sino economistas que confunden sus deseos con la realidad. Los españoles tenemos memoria y sabemos la intensidad de la crisis que hemos sufrido desde 2008 y los errores que cometieron tanto Pedro Solbes como Elena Salgado al frente de la política económica del Gobierno socialista. Fue una catástrofe. Desde 2012 hemos escuchado y leído cómo se criticaban las políticas reformistas de Rajoy y, ahora que el escenario ha dado un vuelco, se intenta restarle cualquier mérito. España ha recuperado su posición dentro de los países más influyentes de la Unión Europea, pero tampoco se quiere reconocer. Es cierto que las encuestas, que han demostrado hasta ahora que no tienen la relevancia que se les quiere dar, muestran un alto nivel de indecisos que estoy convencido de que es voto oculto. Mientras los votantes de otras formaciones dicen que van a votarlas y no lo ocultan, en el PP no es así. Es lógico que exista un cierto desgaste porque se han adoptado medidas muy impopulares, pero cabe esperar que se imponga el sentido común y no se opte por situaciones de inestabilidad como la que se vive en Andalucía. Ante una nueva victoria popular, veremos cómo la izquierda política y mediática habla del voto del miedo, porque consideran que los únicos legitimados para ganar son ellos. Este tipo de argumentos son un insulto a los votantes y una nueva muestra de esa superioridad moral que pretende tener esa misma izquierda que luego gestiona desastrosamente cuando está al frente de un gobierno. Rajoy ha salido a ganar las elecciones y acierta haciendo política, porque el periodo tecnocrático ha llegado a su fin. Las elecciones se ganan desde la política y no con la frialdad de los números. La economía es muy importante, creo que fundamental, porque es lo que más nos preocupa. La izquierda no sabe gestionar la economía y crear empleo porque tiene una concepción dirigista e ineficaz. Lo ha demostrado hasta la saciedad. González y Zapatero acertaron cuando abandonaron el socialismo económico y optaron por las políticas liberales y la contención del gasto público. El despilfarro nunca ha sido una buena política económica. Los llamados indecisos saben muy bien que España se juega mucho en las próximas elecciones. Han visto que el radicalismo de izquierdas, los planteamientos de Podemos e IU, han sido una catástrofe en Grecia y que el PSOE sólo podrá formar gobiernos de los perdedores en municipios y autonomías. Es un socialismo debilitado que tendría que pactar con Podemos, IU y Ciudadanos para desalojar al PP en aquellos lugares donde no tenga una mayoría suficiente. Éste es el mejor acicate para que los indecisos tomen partido por la estabilidad y el crecimiento.
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