RAE

¡Irse ya!

La Razón
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La RAE ha aceptado «iros» como imperativo del verbo ir porque nadie dice «idos», vamos, que nos han dejado por imposible ya que no nos ven capaces de decirlo correctamente. A grandes problemas, grandes soluciones: si el personal da patadas al diccionario, en vez de instarle a abrirlo, mejor cambiarlo. A simple vista, más que una victoria de la calle, es una victoria de «Mujeres, Hombres y Viceversa». En una de estas nos dicen que como «El Quijote» no lo lee nadie por mucho que salga el entrevistado de turno diciendo que lo está releyendo, lo retiran y lo cambian por «El Principito», que tampoco lo leen, pero al menos es más corto. Si la calle hace la norma, no quiero pensar lo que hará la institución que «limpia, fija y da esplendor» a nuestra lengua desde 1713 con frugoneta, hechar de menos, transgiversar, endredón... Una de las mejores respuestas la leí en twitter : «Queda demostrado que la RAE está llena de tronistas. Veros al peo». La última frase me puede, por su sonoridad, muy de calle.

La verdad es que nos gusta un drama más que a Margarita Xirgu en Mérida, pero hay que reconocer que gracias a este anuncio hecho en Twitter por Arturo Pérez Reverte –muy fan, no puedo evitarlo– muchos han cogido de nuevo el diccionario y el interés por las palabras, aunque haya sido para criticarlo. Ya pasó cuando la RAE admitió almóndiga o murciégalo. Sinceramente no creo que sea una tragedia nacional ni que a la gente le afecte tanto como dan a entender sus airadas reacciones en redes, pero prefiero hablar de la RAE y del lenguaje, que del referéndum catalán y de Vitolo. Salvo excepciones como la que nos ocupa, la gramática nos la bufa. Y a la RAE se la bufamos todos, sin ánimo de ningún menosprecio. Pero creo que hay admisiones y registros más urgentes y objetivos como cambiar la definición de sexo débil, que insisten en mantenerla en «conjunto de mujeres». Mi único dilema gramatical es no saber si decirles «iros al pedo» o «idos a la mierda». Pero desde luego, ¡irse ya!