Restringido

Josep Lobató

La Razón
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A veces, la vida te golpea en la boca del estómago y la sacudida consigue dejarte sin habla. Suele suceder cuando escuchas una mala noticia, una inesperada, de esas que van doliendo más a medida que las palabras que la transportan desaparecen y se quedan flotando en tu cabeza, en silencio, porque al mundo se le va la voz y a ti con él, como si los oídos se blindaran al sonido y tu vida se convierte en una película muda.

Hace unos meses supe que un compañero de profesión, Josep Lobató, uno de los rostros y de las voces más conocidas en los últimos años tanto en televisión como en radio, había dejado los micrófonos durante una temporada para recuperarse de una dolencia. Los que hemos dedicado parte de nuestra vida profesional a ponernos ante un micrófono y contar la vida sabemos lo que es una afonía inoportuna o una indeseable paresia, y lo que significa quedarse sin voz. Pero conocer que Josep padece una de las llamadas enfermedades raras, de nombre desmielinización, una dolencia que afecta a la capacidad del habla, a muchos nos dejó sin palabras, sin habla, una suerte de mimetismo con Josep que sólo le hace justicia a él.

Escribo hoy de la historia de Josep por dos motivos: el primero porque su coraje y fuerza de voluntad están dando sus frutos y así lo podemos ver en los vídeos que él mismo comparte en sus redes sociales y en los que tres palabras como «hola», «José» y «Perro» suenan a música celestial al escucharlas en su voz. El segundo porque después de unos días convulsos a causa de la historia de Nadia conviene no perder el foco de la noticia. Las historias están ahí, hay que seguir hablando de ellas, escribiendo de ellas, visibilizarlas y escucharlas. El silencio, como la soledad, nunca es bueno si viene impuesto. El periodista francés que llegó a ser primer ministro de Francia, Georges Clemenceau, decía que manejar el silencio es más difícil que manejar las palabras. Tú lo sabes bien, Josep. A por ello, a convertir el silencio en un mal sueño del pasado. Deseando escucharte, no te digo más.